El príncipe Andrés parece que por fin puede respirar tranquilo después de haber alcanzado un acuerdo millonario de 14 millones de euros, que pagará con la ayuda de Isabel II, según la prensa inglesa, a Virginia Giuffre, que le demandó por presuntos abusos cuando ella era menor de edad. Gracias a este pacto , el duque de York no tendrá que ir a juicio y el asunto habría quedado resuelto. Sin embargo, su reputación ha quedado muy dañada y aunque no se ha podido demostrar si era culpable de las acusaciones de la demandante (él siempre ha defendido su inocencia), lo cierto es que nada volverá a ser igual para el tercer hijo de la Reina y su futuro dentro de la monarquía británica es más que incierto ya que no se ha esclarecido, entre otros muchos puntos, cómo de cercana y estrecha era la relación de amistad que mantenía con Jeffrey Epstein, el magnate estadounidense acusado de urdir una red de tráfico sexual. Así las cosas parece muy poco probable que vuelva a desarrollar compromisos públicos o de que su madre le restituya los títulos militares o los patrocinios del que le despojó cuando se supo que podría ir a juicio. El daño para la Corona ya está hecho y el núcleo duro de la Familia Real quiere blindarse en un año especialmente importante para la Jefatura del Estado ya que se celebrarán en junio los actos por los 70 años de reinado de Isabel II. No obstante, este año los Windsor también tienen en el horizonte un servicio religioso de acción de gracias por Felipe de Edimburgo, coincidiendo con el primer aniversario de su muerte y en el que al ser un acto principalmente familiar es posible que sí que acuda.
Entre los grandes actos que Isabel II tiene por delante destaca en primer lugar la recepción al cuerpo diplomático que tendrá lugar el 2 de marzo. Un acto de gran calado para el buen mantenimiento de la diplomacia y las relaciones internacionales del Reino Unido con los embajadores y representantes diplomáticos desplegados en el país. Dada la importancia de este acto, al duque de York no se le espera, igual que también sería una sorpresa que apareciera en el servicio religioso en la Abadía de Westminster el 14 de marzo con motivo del Día de la Commonwealth. Para Isabel II, esta organización formada por naciones que comparten un pasado común con Gran Bretaña tiene una gran importancia y no permitirá que nada ni nadie empañen su gran puesta en escena internacional. La presencia del padre de las princesas Beatriz y Eugenia en estos dos actos públicos de marzo sería una gran sorpresa, ya que en los últimos años tampoco ha participado en ellos.
- El último tributo de Isabel II a su marido que ha pasado desapercibido
Distinto será el funeral por el primer aniversario de la muerte del duque de Edimburgo que tendrá lugar a finales del próximo mes. En abril de 2021, el hijo de Isabel II sí participó en el cortejo fúnebre por la muerte de su padre, junto a sus hermanos y sobrinos. Entonces su situación judicial no era tan delicada y teniendo en cuenta que aunque es un acto público, tiene un fuerte componente familiar, es posible que se le vea rindiendo homenaje al príncipe Felipe. También se podría dar casi por escartado que participe de alguna manera en el 96º cumpleaños de su madre, que tendrá lugar el 21 de abril. La monarca se ha mostrado muy dura con su hijo y no querrá que una celebración tan significativa en su calendario se vea empañada por su incómoda presencia.
Antes de alcanzar el acuerdo extajudicial, el exmarido de Sarah Ferguson quería que el juicio fuera con jurado, algo que preocupó y mucho al príncipe de Carlos y al príncipe Guillermo, primero y segundo en la línea de sucesión al trono respectivamente, que habrían presionado para que se entendiera con la demandante y no tuviera que sentarse en el banquillo de los acusados. La Familia Real estaba muy preocupada de que el hipotético juicio pudieran eclipsar las celebraciones por el Jubileo de Platino (70 años en el trono) de la soberana que están previstos entre el 2 y el 5 de junio. Así que es casi imposible que salga a saludar al balcón del Palacio de Buckingham junto a la soberana. Unos días más tarde, el 16 de junio, tendrán lugar las famosas carreras de Ascot, donde es habitual ver a la Reina y a su familia. Dada la trascendencia de esta competición ecuestre es improbable que Andrés de Inglaterra se deje ver en el hipódromo, aunque acudan parientes más lejanos de la Reina. Tras el verano y con la llegada del invierno quizá el hermano de Carlos de Inglaterra se reúna con su madre en Sandringham, la residencia en la que le gusta pasar la Navidad y en la que él ha sido visto en los últimos años desde que salió a la luz su implicación en el ‘Caso Epstein’