El príncipe Guillermo y su esposa, la duquesa de Cambridge, establecieron su residencia en el apartamento 1A del Palacio de Kensington, situado en el centro de Londres, junto a los jardines de nombre homónimo, en 2013. Allí dieron la bienvenida a sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, y crearon su hogar. Algo que ahora podría cambiar ya que los duques de Cambridge estarían considerando dejar la capital. Entre las residencias que están barajando estaría Fort Belvedere, en el área de Windsor, según informa The Telegraph. El Príncipe y la Duquesa son grandes amantes de la naturaleza y, aunque tengan una casa de campo en Anmer Hall, en Norfolk, se estarían planteando la idea de vivir todo el año lejos de la gran ciudad y cerca de Isabel II, por lo que la elección de esta localidad cumpliría con ambas premisas. Además está muy próximo al municipio de Chapel Row, en el condado de Bucklebury, donde viven los padres de la duquesa de Cambridge, Carole y Michael Middleton, y su hermana Pippa también posee una casa en la zona.
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Windsor no es solo el lugar de residencia favorito de la Reina, donde fijo su domicilio cuando llegó la pandemia y se mudó al castillo junto al duque de Edimburgo, quien falleció en su vivienda el pasado mes de abril a los 99 años de edad, sino que también alberga una serie de mansiones y casas de campo repartidas en una superficie de 2.000 hectáreas. Entre las que encontramos Royal Lodge, hogar de la Reina madre y más tarde de su tercer hijo, el príncipe Andrés, o Frogmore Cottage, donde vivieron el príncipe Harry y su esposa Meghan tras reformarla y que ahora está ocupada por la princesa Eugenia, hija del duque de York, y su marido, Jack Brooksbank. Son propiedades que la Reina puede usar a su antojo para albergar a sus invitados. Entre todos estos bienes inmuebles únicos en el mundo pertenecientes a la Corona, se encuentra sin ocupar una de las propiedades más prestigiosas: Fort Belvedere. Un castillo de estilo neogótico que, al parecer, ha llamado la atención de los Duques.
Fort Belvedere, está ubicado en Shrubs Hill, en Windsor Great Park. La edificación, que parece una pequeña fortaleza medieval, dispone de su propio bosque, un lago y cuenta también con piscina, un punto muy favorable para una familia con tres niños pequeños, como son los príncipes George, de ocho años, la princesa Charlotte, de seis años, y el príncipe Louis, de tres años.
Se trata de un lugar lleno de historia: fue construido entre 1750 y 1755 para el príncipe Guillermo Augusto, duque de Cumberland, hijo del rey Jorge II de Gran Bretaña y la reina Carolina, y, más de un siglo más tarde, a mediados del siglo XIX, bajo el reinado de Jorge IV, fue ampliado y mejorado. Con la reina Victoria en el trono albergó una tetería abierta al público.
Uno de los inquilinos más insignes que residieron en Fort Belvedere fue Eduardo VIII, que más tarde abdicaría del trono para casarse con Wallis Simpson, una mujer norteamericana divorciada. Allí se vivirían gran parte de su historia de amor y también fue el escenario donde, el 10 de diciembre de 1936, el Rey firmó su acta de abdicación, dando paso al frente la corona a Jorge VI, padre de Isabel II.