La duquesa de Cambridge acaba de cumplir cuarenta años. Los celebró, el 9 de enero, disfrutando del mejor escenario familiar, en su casa de campo, y con su popularidad por las nubes. La transformación se ha completado. Lo vemos en las imágenes compartidas por Palacio para señalar la histórica fecha. Kate, la joya de la corona, vive su mejor momento y está preparada para su destino: algún día será Reina.
Las tres fotografías fueron realizadas en noviembre, en Temperate House, en Kew Gardens, para reflejar, según nuestra edición inglesa, “su pasión por el poder de la Naturaleza y su impacto positivo en la salud mental”. Las hizo el famoso fotógrafo italiano Paolo Roversi , de setenta y cuatro años, y pasarán a formar parte de la colección permanente de la Galería Nacional de Retratos (cerrada hasta 2023), de la que la duquesa es patrona. Hasta entonces, y como parte de su proyecto Coming Home, se expondrán en tres lugares con un significado especial para ella: Berkshire, donde creció; St. Andrews, donde conoció al príncipe, en 2002, y Anglesey, donde vivieron después de su boda (2011).
La diseñadora Sarah Burton —autora de su traje de novia— fue la encargada de elegir los vestidos de Alexander McQueen y Kate los complementó con joyas de la Reina y de la princesa Diana.
En la primera foto, la duquesa, con las manos en los bolsillos y el cabello ondulado, lleva un diseño rojo, de escote asimétrico y con manga abullonada, y los pendientes de Isabel II. En los otros dos retratos, en color sepia, aparece con dos vestidos blancos. En la imagen de perfil recuerda a uno de los legendarios retratos de la Emperatriz Sissi, pero también a los victorianos. En el segundo, elegido por Guillermo y sus hijos, George, Charlotte y Louis, la fotografía de Kate recuerda a las que Testino hizo en su día a Diana de Gales.
En una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera, el señor Roversi ha explicado cómo se conocieron, las ideas que tenía Kate sobre el posado, cómo se desarrolló la sesión y la impresión que le causó. Dijo que la primera reunión tuvo lugar, en el palacio de Kensington, para tomar un té a las cinco de la tarde. “Al principio, estaba preocupada… No está acostumbrada a posar… Conociendo mis fotos con modelos, tenía un poco de miedo de enfrentarse a una sesión real, que requería unas cuatro horas de trabajo. Le aseguré que sería muy fácil. Y así fue”. La duquesa, que estudió Historia del Arte en la Universidad de St. Andrews y es una apasionada de la fotografía, mostró a Roversi obras de autores prerrafaelitas y le dijo que se sintió inspirada por la fotógrafa pionera del siglo XIX Julia Margaret Cameron y Lewis Carroll, autor de Alicia en el país de las maravillas.
El fotógrafo explica que todo se hizo con luz natural. “Ella, con poco maquillaje, sin peinado elaborado, sencillos pendientes de perlas, un anillo... El foco está en su cara, en la mirada y la sonrisa. No la quería muy “señora duquesa”, sino lo más contemporánea posible, atemporal”. También cuenta que quiso tomar fotografías en movimiento y “le pedí que bailara frente a mi lente, una especie de vals acelerado mezclado con una pizca de rock and roll”.
En la imagen de perfil recuerda a la Emperatriz Sissi; en el medio plano, en sepia, a retratos tomados de Isabel II y Diana; en la de rojo, Kate es una futura Reina del siglo XXI
En diciembre se hizo la primera selección —70 fotos de las 250 iniciales— y luego la duquesa eligió alrededor de diez. Roversi se encargó del resto, coincidiendo los dos en la foto oficial (la de perfil), la favorita de ambos.
Roversi dijo finalmente que Kate es maravillosa, simpática, acogedora, “te hace sentir a gusto, es respetuosa con el trabajo de todos. Muestra alegría de vivir. Es abierta, generosa, brillante; pienso que puede traer mucha esperanza a Inglaterra y al mundo entero”.