El barrio de Montecito, en Santa Bárbara, era el oasis de tranquilidad que parecía que les venía como anillo al dedo a Meghan Markle y el príncipe Harry cuando decidieron comprar una casa en California. Previamente habían estado en una casa de Tyler Perry en Beverly Hills (Los Ángeles), a donde se trasladaron después de vivir unos meses en Canadá al abandonar la Familia Real. Sin embargo, 18 meses después y tras el nacimiento de la pequeña Lilibet, la pareja podría estar dudando sobre si la mansión de 12,8 millones de euros en la que han estado viviendo con su hijo mayor, Archie, es tan ideal como pensaban. Según publican medios británicos como The Sun o Mirror, al matrimonio no les acaba de encantar el hogar de nueve habitaciones con gimnasio, piscina y pista de tenis, además de que su zona en el que habitan otras celebridades como Oprah Winfrey, Ariana Grande o Ellen DeGeneres no termina de encajar con ellos.
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Una fuente cercana a la pareja asegura que Meghan y Harry han estado mirando otras propiedades, así como han hecho saber que están abiertos a ofertas para vender su mansión, aunque no planean ponerla en el mercado sino enseñársela a potenciales compradores de manera privada. La edificación, del estilo mediterráneo que predomina en la costa oeste estadounidense, había pertenecido previamente al ingeniero ruso Sergey Grishin, a quien se la compraron en junio de 2020. Tiene nueve dormitorios y dieciséis baños, biblioteca, oficina, spa con saunas, sala de cine, sala de juegos, bodega, parque infantil, jardines de flores, una casa de invitados, y un garaje de cinco plazas, entre otras comodidades. En sus reuniones y apariciones a través de Zoom, vídeos grabados en su hogar o en las sesiones de fotos que hemos podido ver en el último año, hemos adivinado el estilo sencillo, en tonos neutros y con detalles rústicos que predominaba en el hogar de los duques de Sussex.
- La curiosa (e inquietante) historia de la casa del príncipe Harry y Meghan Markle
La opinión de los duques de Sussex podría haber cambiado radicalmente en el último año, ya que en un principio se dijo que la familia se veía en esa casa a largo plazo: "Tienen la intención de echar raíces en esta casa y en la tranquila comunidad, que tiene una privacidad considerable. Aquí es donde quieren criar a Archie, donde esperan que pueda tener una vida lo más normal posible”, explicaba en agosto del pasado año, a través de fuentes cercanas, el medio estadounidense Page Six. Se dice queles gusta su vecindario, aunque no su zona en particular, y que les gustaría trasladarse a una localización cercana que podría ser dentro de Montecito o en otro barrio. Quizás la seguridad ha tenido algo que ver con este cambio de tercio, puesto que cabe recordar que las pasadas navidades vivieron cómo un intruso se colaba en los terrenos hasta en dos ocasiones, a pesar de que se trata de una zona cerrada a los visitantes indeseados.
Archie pega el estirón ¡y es idéntico a su padre, el príncipe Harry!