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En marzo mantuvieron una charla televisada con la presentadora Oprah Winfrey

La histórica entrevista que supuso el punto de no retorno para los duques de Sussex

Meghan Markle aseguró que la decisión de que su hijo no tuviera título fue impuesta , que se habían casado tres días antes de la boda oficial, algo que se aclaró después, y que llegó a tener pensamientos suicidas


Actualizado 21 de diciembre de 2021 - 13:15 CET

El príncipe Harry y Meghan Markle concedieron el pasado marzo una entrevista televisada a su amiga, la presentadora norteamericana Oprah Winfrey. Una conversación que fue vista por millones de personas y que se siguió muy atentamente, especialmente en el Palacio de Buckingham. Décadas antes, la princesa Diana ya realizó otra entrevista ‘bomba’ en la que reconoció que eran tres en su matrimonio. Conocedores del poder de la televisión, los duques de Sussex eligieron a la conocida comunicadora para sincerarse con ella como nunca antes lo habían hecho. Hablaron de todo y de todos y esta aparición supuso, sin duda, el punto de no retorno entre la pareja y la Familia Real británica. Contaron su verdad, cómo habían vivido y qué habían sentido antes, durante y después del Megxit y los motivos que les hicieron alejarse de Reino Unido y vivir su propia vida.

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Meghan Markle, príncipe Harry y Oprah Winfrey© Getty Images
Los duques de Sussex concedieron en marzo una entrevista a su amiga Oprah Winfrey que hizo correr ríos de tinta

En primer lugar, la Duquesa explicó que eligieron sentarse ante la opinión pública el pasado marzo porque ya estaban instalados en California y no tenían vinculación con la monarquía inglesa. "Ahora tenemos la posibilidad de tomar nosotros mismos nuestras propias decisiones”. “No sé cómo podrían esperar que, después de todo este tiempo, estaríamos simplemente callados si la Firma (como se conoce a la Casa Real británica) está jugando un rol activo para perpetrar mentiras sobre nosotros… Y si esto conlleva el riesgo de perder cosas… hay mucho que ya se ha perdido”, comenzó Meghan.

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En aquel entonces, Meghan estaba embarazada de su segunda hija, Lilibet

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- Las razones por las que los duques de Sussex quisieron salir de la Familia Real

La boda, 'un espectáculo para el mundo'

Respecto a su boda, que se celebró el 19 de mayo de 2018, Meghan contó que en realidad se habían casado tres días antes de la fecha oficial. “Llamamos al arzobispo de Canterbury y le dijimos: ‘Este espectáculo es para el mundo, pero queremos nuestra unión entre nosotoros’. Así que intercambiaron sus votos en la patio de su casa con la presencia del clérigo. Más tarde, el propio arzobispo aclaró que el certificado matrimonial se firmó el día de la ceremonia televisada, aunque tuvieron varias reuniones previas. La Duquesa también quiso explicar el supuesto desencuentro que tuvo con su cuñada, la duquesa de Cambridge, a cuenta del cortejo nupcial. Según su testimonio no fue ella la que hizo llorar a Kate sino “todo lo contrario”. “Unos días antes de la boda, ella (Kate) estaba disgustada por algo relacionado con los vestidos de las niñas y eso me hizo llorar, hirió mis sentimientos. Pensé que, sabiendo lo que estaba pasando con mi padre, no tenía sentido no apoyarme”. Después del suceso, relató que la mujer del príncipe Guillermo la envió unas flores con una nota de disculpa. La prensa británica contó el episodio al revés y para sorpresa de Meghan nadie lo desmintió.

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La Duquesa confesó que llegó un momento en que 'no quería vivir más'

'No quería vivir más'

Uno de los relatos más duros fue cuando Meghan dijo que: “No quería vivir más. Era un pensamiento constante, claro y aterrador” a la vez que no quería contárselo a su marido “por qué sé cuántas pérdidas ha sufrido, pero sabía que, si no lo decía, lo haría. No quería seguir viviendo. Pensaba que sería lo mejor para todos”, añadió. Su salud mental estuvo seriamente afectada y cuando planteó la idea de pedir ayuda no se la brindaron porque “no sería bueno para la institución”.

Polémica con el título de Archie

También aclararon uno de los puntos que hasta antes de su testimonio se daba por seguro. Se creía que los Sussex habían renunciado a que su hijo mayor, Archie, tuviera el título de Príncipepero Meghan contó que eso no fue así. Esa dignidad se la negaron y fue una decisión impuesta. Explicaron que cuando estaba embarazada de Archie hubo quien se preguntó de qué color sería la piel del bebé, aunque no quisieron revelar los nombres de las personas que se lo preguntaron. Se mostró también muy molesta tras saber que se le retiraría la seguridad a su marido a pesar de que había recibido amenazas.

Tras una primera parte, en la que Meghan fue la auténtica protagonista de las preguntas que le hacía Oprah Winfrey, llegó el turno del príncipe Harry. Reconoció que toda su familia, empezando por su abuela la Reina, fueron muy cariñosos y acogedores con Meghan, pero todo cambió tras su viaje por Australia de octubre de 2018. La ‘Meghanmanía’ que se desató hizo que se “revivieran algunos recuerdos”, dijo en alusión a como su madre, Diana de Gales, eclipsó a Carlos de Inglaterra en un viaje similar por tierras australianas en 1983. También relató que el acoso mediático fue una de las razones que les hicieron marcharse porque temía que “la historia se repitiera”, refiriéndose a lo acorralada que se sintió su madre por parte de los tabloides. Intentó blindar la privacidad de Meghan y de su hijo e incluso pidió ayuda a su Familia, pero, según su testimonio, nadie se la ofreció. "Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera (...) Y cuando hablo de que la historia se estaba repitiendo, me refiero a mi madre", dijo.

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También aclaró el incidente que sufrió con su cuñada, la duquesa de Cambridge

'Estaba atrapado y no veía salida'

El Duque arrojó luz sobre cuál fue el origen del Megxit. Reconoció que su desvinculación con la Casa Real británica le llevaba tiempo rondando en la cabeza. “Yo estaba atrapado dentro del sistema, como lo está el resto de mi familia. No sabía que estaba atrapado, no veía una salida. Luego conocí a Meg y nuestros mundos conectaron de manera asombrosa”. Además, aseguró que su padre, el príncipe Carlos, y su hermano, el duque de Cambridge, también están atrapados pero “ellos no pueden irse. Siento una gran compasión por eso”. Si demoledoras fueron las afirmaciones de Meghan, las de su marido no se quedaron atrás, especialmente cuando se sinceró sobre la relación con su padre. “Me siento realmente decepcionado porque él sabe cómo se siente el dolor y Archie es su nieto. Pero, al mismo tiempo, siempre lo amaré”. Sobre su hermano dijo: “Lo quiero, es mi hermano, hemos pasado un infierno juntos, pero estamos en caminos diferentes, el tiempo lo cura todo”.

A pesar de su dureza, los duques de Sussex tuvieron palabras muy amables para la Reina. “Siempre ha sido maravillosa conmigo y me hizo sentir bienvenida en la Familia Real”, aseguró la Duquesa. Su marido también elogió a su abuela durante la entrevista, a pesar de haberle quitado sus reconocimientos militares, “siento un profundo respeto por mi abuela (…) Tenemos una relación realmente buena”. También reconocieron que no tenían ningún plan cuando abandonaron la Firma y que no sabían que iban a tener los contratos que después llegaron con los gigantes del entretenimiento Netflix y Spotify. Todo fue posible gracias a la herencia de Diana que les permitió dejarlo todo atrás y emprender una nueva vida. Palacio les cortó el dinero y la seguridad y tuvieron que arreglárselas solos.

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El príncie Harry se unió después a la charla y dijo sentirse decepcionado con su padre, el príncipe Carlos

La reacción de la Reina

Las reacciones a su aparición televisiva no tardaron en llegar. El Palacio de Buckingham emitió el siguiente comunicado: “Toda la familia está apenada al conocer hasta qué punto han sido difíciles los últimos años para Harry y Meghan. Los temas que se han tratado, sobre todo en el aspecto racial, son preocupantes. A pesar de que algunos recuerdos de lo ocurrido pueden variar, se toman muy en serio y se tratarán de manera privada por la familia. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”. Antes de que Isabel II mandara esta declaración, la soberana se reunió con el príncipe de Gales y con el duque de Cambridge, según publicó The Times. Después de este comunicado, la duquesa de Cambridge acudió a un colegio de Londres para participar en un acto, al que se unió en el último momento su marido. Un gesto que se interpretó como el apoyo incondicional del príncipe Guillermo a su esposa. Al finalizar el acto, un periodista le preguntó por las acusaciones de racismo de su hermano y su cuñada a lo que esté respondió: “No somos para nada una familia racista” y añadió: “Aún no he hablado con mi hermano, pero lo haré”.

Tras la comentada entrevista, los Duques han seguido con su vida en un año que ha sido la confirmación de que los lazos con la monarquía británica siguen rotos y sin perspectivas de que vuelvan a unirse. El 4 de junio dieron la bienvenida a su segunda hija, Lilibeth, que a diferencia de su hermano Archie y de los otros bisnietos de Isabel II, nació en suelo norteamericano. Tampoco Meghan ha regresado a Reino Unido, ni siquiera cuando falleció el duque de Edimburgo, ya que se encontraba en avanzado estado de gestación.