El príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge llevan 10 años de feliz matrimonio. Desde que el nieto de Isabel II le hiciera a su hoy esposa la trascendental pregunta de si quería ser su mujer, la Duquesa ha lucido en su dedo con orgullo el antiguo anillo de compromiso que perteneció a Diana de Gales y que el duque de Cambridge le regaló cuando pidió su mano. Pero antes de poder usar una joya con tanto significado, tuvo que hacerle algunos retoques. Cuando el hijo del príncipe de Gales entregó a su, en ese momento, prometida la deslumbrante pieza de zafiro de la colección de su difunta madre, se dieron cuenta de que era necesario cambiar el tamaño del anillo.
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La Duquesa quiso cambiar el anillo lo mínimo posible ya que había pertenecido a la madre de su futuro esposo y quería mantener su esencia, pero tuvo que ajustar la joya ya que el diseño original de Garrard era demasiado grande para ella y bailaba en su dedo. Para esta labor los duques de Cambridge recurrieron al prestigioso joyero G. Collins and Sons, quien para modificar el diámetro del anillo, en lugar de romper y volver a soldar más tarde la banda, optó por agregar pequeñas cuentas de platino dentro para reducir así su tamaño. Al realizar esta modificación se tuvo muy cuidado para no dañar la llamativa piedra de zafiro y el halo de diamantes que lo rodea, dos de los elementos que han convertido a este anillo en una joya icónica.
Fue la propia princesa Diana quien originalmente seleccionó esta pieza. Dicen que porque le recordaba al anillo de compromiso que llevó su madre y también porque hacía juego con el color de sus ojos. Según The Court Jeweler, en ese momento habría costado aproximadamente £ 28,500 (alrededor de 33.500 euros).
Pero no es la duquesa de Cambridge la única que ha tenido que modificar su anillo de compromiso, su cuñada, la duquesa de Sussex, también tuvo que hacerle cambios al que recibió del príncipe Harry. En junio de 2019, un año y medio después de que viéramos por primera vez el hermoso anillo de la Duquesa, se vio que había rediseñado su preciosa joya. La banda de oro que llevaba la pieza, que fue diseñada por Cleave and Company, joyeros y medallistas de Isabel II, fue reemplazada por una con incrustaciones de diamantes, cambiando por completo su apariencia. Y que se complementa a la perfección con el gran diamante africano y los dos laterales de la colección de Diana de Gales. El anillo de tres piedras incluye un gran diamante de africano de Botsuana, un país donde la pareja estuvo de vacaciones al comienzo de su relación, flanqueado por dos piedras más pequeñas a los lados de la colección personal de la princesa Diana.
Esta pieza sufrió una nueva modificación y es que al anillo de boda y de compromiso de la duquesa de Sussex también se le unió un anillo de eternidad. Que fue un regalo del príncipe Harry en el primer aniversario de bodas el 19 de mayo de 2019. Un año después de que la pareja se diera el ¡sí, quiero! en una inolvidable ceremonia celebrada en la capilla de San Jorge en la capilla del palacio de Windsor. La novia eligió para un día tan especial un precioso diseño de Givenchy que resaltaba su espectacular figura y lo acompañó con un ramo de “no me olvides”, un bonito guiño a la madre de su marido ya que eran sus flores preferidas.