Fin de semana inolvidable para la realeza británica. Los miembros de los Windsor se han reunido este domingo para un festejo por partida doble y al que finalmente no ha querido faltar Isabel II, quien hace una semana sufría una lesión de espalda que la obligaba a cancelar a última hora su presencia en las celebraciones del Día del Armisticio. Hoy, Eugenia de York y Jack Brooksbank y el matrimonio formado por Zara y Mike Tindall han decidido hacer historia en su familia al celebrar por primera vez un bautismo conjunto. Ambos han organizado una ceremonia para que sus pequeños, que también tienen en común su segundo nombre -se llaman August Philip Hawke Brooksbank y Lucas Philip Tindall-, reciban a la vez el primer sacramento en la capilla Real de Todos los Santos, ubicada en el Gran Parque del castillo. La Reina ha sido fotografiada a su salida del acto, vestida muy elegante con traje y sombrero de color verde a juego. Ocupaba el asiento trasero del coche oficial que la transportaba, un Range Rover negro conducido por el chófer junto a un miembro de la seguridad como copiloto.
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Por su parte, Eugenia de York y su marido eran captados juntos de camino a la fortaleza, mientras que Zara Tindall y su esposo llegaban por separado. La hija menor de los duques de York lucía un bonito vestido blanco de seda para la ocasión, acompañado por una diadema y un colgante azul. Por su parte, la hija de la princesa Ana apostaba por un look clásico de color negro con accesorios de perlas. También se ha podido ver al hermano de Zara, Peter Philips, conduciendo en su coche hacia el evento, al igual que los suegros de la princesa Eugenia, George y Nicola Brooksbank. La exnovia del príncipe Harry, Cressida Bonas, ha sido vista igualmente dirigiéndose a la capilla con su pareja, Harry Wentworth-Stanley. Según el comunicado oficial emitido por la Casa Real británica: "El Palacio de Buckingham ha confirmado que August Brooksbank y Lucas Tindall han sido bautizados conjuntamente en un acto privado en la Capilla de Todos los Santos, Royal Lodge, Windsor, hoy", señalan.
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Pese a sus problemas de salud durante el último mes, la soberana de 95 años iba a hacer todo lo posible, y así ha sido, por vencer cualquier dolor o molestia que sintiera para no faltar a este evento único en el seno de su clan. Al parecer, durante la mañana de este 21 de noviembre, Isabel II debía tomar una decisión definitiva sobre si asistir o no al doble bautizo, según lo que recomendara en ese instante su médico personal. "La Reina tiene mucho interés y pondrá todo su empeño en estar ahí porque sabe lo importante que es para sus nietas", aseguraban estos días fuentes de su entorno a The Sun. "Es un momento de celebración muy especial y emotivo, después de los tiempos tan difíciles que han vivido últimamente", añadían. Aunque habitualmente la Familia Real inglesa suele realizar los bautizos cuando los bebés tienen tres o cuatro meses, en este caso la celebración ha llegado más tarde.
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Actualmente el nieto del duque de York tiene nueve meses y el nieto de la princesa Ana ocho. El fallecimiento de Felipe de Edimburgo el pasado abril generó una gran tristeza en los Windsor y podría haber provocado que las primas decidieran posponer este acontecimiento. Además, la princesa Eugenia tenía todo listo para que su niño recibiera el sacramento en julio, pero tuvo que cancelarlo escasos días antes el posible contagio de uno de los asistentes a la ceremonia, que tuvo que aislarse de manera preventiva. La misa, a la que ha asistido un reducido número de invitados, ha estado oficiada por canónigo Martin Poll, capellán de Great Windsor Park. Además, el príncipe Carlos podría haber tenido un papel destacado. Tal y como avanzaba Daily Mail, el heredero al trono británico ha regresado de su gira de Oriente Medio con varias botellas de agua bendita procedente del río Jordán.
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"Es agua pura bendecida del lugar donde Jesús fue bautizado. Es santa y bendecida desde este lugar en particular en el Reino Hachemita de Jordania", aseguraba el director general del sitio del bautismo, Rustom Mkhjian. Isabel II no ha querido faltar a una cita tan señalada para sus nietas, que llega justo un día después del que sería su 74 aniversario de boda con Felipe de Edimburgo. El pasado domingo no pudo asistir a los actos del Día del Recuerdo por prescripción médica, pero ha seguido muy activa. De hecho, el miércoles recibía en una audiencia celebrada en el Castillo de Windsor a Nick Carter, jefe del Estado Mayor de la Defensa. Su último acto público, sin embargo, tuvo lugar el 19 de octubre, cuando tuvo una recepción. La noche del 20 al 21 de octubre estuvo ingresada en el hospital King Edward VII, ubicado en Londres. En este centro sanitario "se le hicieron algunos análisis preliminares" y al día siguiente volvió a su residencia real para seguir las indicaciones médicas de descansar.
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