Isabel II ha regresado al Castillo de Windsor después de pasar cinco días en su finca de Sandringham. La Reina ha regresado en helicóptero mientras sigue descansando de sus deberes institucionales por recomendación médica. El 20 de octubre pasó la noche en el hospital donde se la realizaron algunas pruebas y desde entonces ha tenido que suspender dos viajes y ha realizado tareas livianas de despacho. Aún así ha participado en algunas audiencias de manera telemática, pero no se la ha vuelto a ver en persona cumpliendo con sus compromisos. A pesar de los consejos sanitarios, la madre del príncipe de Gales está preparando su reaparición y está decidida a acudir a los actos de este domingo con motivo del Día del Recuerdo, una jornada también conocida como el Día de la Amapola, y en el que el Reino Unido rememora los sacrificios de los miembros de las fuerzas armadas y los civiles en tiempos de guerra, especialmente desde la Primera Guerra Mundial.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La monarca inglesa, de 95 años, fue fotografiada despegando del helicóptero Sikorsky S76C, valorado en algo más de cinco millones de euros, sobre las 11:15 horas de este miércoles desde Sandringham. También en helicóptero se desplazó el 4 de noviembre a la propiedad en la que acostumbra a pasar todas las navidades. Un desplazamiento privado, que cuenta con el visto bueno de sus médicos y que viene después de que le aconsejaran que se tomase un parón durante quince días. Isabel II, que ha aceptado a regañadientes este impasse laboral, tiene en mente participar este domingo en los actos del Día del Recuerdo, tal y como ha asegurado el Palacio de Buckingham. La soberana tiene “la firme intención” de asistir a la colocación de las coronas de flores en el Cenotafio, uno de los actos ‘sagrados’ del calendario anual para la Familia Real. Este acto supondrá su primer evento público en persona desde la recepción del 19 de octubre. Lo que sí que parece seguro es que se perderá el Festival del Recuerdo en el Royal Albert Hall, que se celebra el día anterior.
- Isabel II, al volante por los terrenos de Windsor mientras sigue de baja
Además de participar en uno de los actos principales del Día del Recuerdo, Isabel II quiere recuperar las tradiciones navideñas que por culpa del Covid no pudo celebrar el año pasado. Así, está decidida a reunir a su familia en Sandringham en Navidad, en unas fechas que serán especialmente difíciles pues serán las primeras que pase sin su marido, el duque de Edimburgo, que falleció el pasado mes de abril a la edad de 99 años.
En estas semanas de auseto, la Reina se ha perdido, además de un viaje oficial a Irlanda del Norte, la cumbre contra el cambio climático Cop26, que ha tenido lugar en Glasgow, donde iba a ejercer de anfitriona y dirigir un discurso en persona a los participantes. La Familia Real estuvo representada por el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles y los duques de Cambridge. Hace dos fines de semanas, el primer ministro británico, Boris Johnson dijo que la soberana estaba de buen humor tras su habitual audiencia semanal. “Parece estar en muy buena forma. Sus médicos le han dicho que tiene que descansar y creo que tenemos que respetarlo y entenderlo. Creo que todo el país le desea lo mejor”.
A pesar de que todo indica que la monarca se está recuperando al cien por cien de esta convalecencia, la más prolongada de su reinado relacionada con un bache en su estado de salud, los médicos volverán a evaluarla al final de esta quincena. Es probable que su agenda se siga viendo afectada durante algún tiempo, lo que repercutirá en otros miembros ‘senior’ de la Familia Real como el príncipe de Gales. Además de sus citas institucionales, la abuela de los príncipes Guillermo y Harry también ha tenido que dejar de disfrutar de algunas de sus aficiones favoritas como pasear a sus perros, ver la televisión hasta altas horas de la noche o montar a caballo, una práctica que seguía haciendo a pesar de ser nonagenaria.