En los últimos años el príncipe Andrés ha estado constantemente en el punto de mira y no precisamente en términos positivos. El que en su día fuera un héroe nacional por su breve, pero alabada y muy publicitada, intervención en la guerra de las Malvinas, hoy vive una especie de confinamiento voluntario que a ratos recuerda a un exilio. El hijo de la reina de Inglaterra y el fallecido duque de Edimburgo se ha convertido en una pieza “dañina” para la Familia Real desde que estalló su vinculación con el Caso Epstein, pero este no es el único frente que tiene abierto. Durante la primavera del 2020 los duques de York fueron demandados por el impago de su lujoso chalé en Suiza, un problema que quizá ahora puedan solucionar.
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En las últimas horas The Times ha publicado que el príncipe Andrés está a punto de vender la casa familiar en la exclusiva estación de esquí de Verbier por 17 millones de libras, casi veinte millones de euros. Esta venta significaría, según el rotativo británico, que el duque de York podría resolver los problemas con Isabelle de Rouvre, antigua propietaria y quien demandó al Príncipe y a Sarah Ferguson en los tribunales suizos por no haber liquidado los 6,6 millones de libras que tenían que haber pagado antes del uno de enero del año pasado.
El juez acusa a los abogados del príncipe Andrés de intentar retrasar el caso Epstein
Fuentes cercanas al proceso han asegurado al citado medio que la demanda judicial se ha retirado y que el asunto del chalé “está cerca de resolverse de manera satisfactoria para ambas partes”. Se entiende entonces que los duques de York tienen intención de pagar su deuda una vez que haya finalizado la venta de la propiedad que compraron en el año 2014 como una “inversión familiar a largo plazo” y después de que hubieran estado alquilándola por semanas (una residencia de esas características en Verbier cuesta unos 26.000 euros semanales) en compañía de sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia.
De esta forma, cuando la venta se efectúe, el príncipe Andrés dejará de tener propiedades a su nombre, ya que su residencia oficial, el Royal Lodge en los terrenos de Windsor, es propiedad de la Corona británica, igual que lo es el Castillo de Balmoral, en el que se encuentra recluido desde hace semanas en suelo escocés. Este cambio de residencia ha sido comentado por la presa británica que se pregunta si pudiera tener algún tipo de relación jurídica con el proceso judicial con Virginia (Roberts) Giuffre, que asegura que fue forzada a tener relaciones sexuales con el duque de York cuando tenía 17 años. Hay que recordar que para este proceso, especialmente complejo jurídicamente y cuya demanda se presentó en un tribunal de Nueva York, el príncipe Andrés ha contratado a Andrew Brettler, el abogado de Hollywood que ha representado a varias celebridades acusadas de agresión y acoso sexual. Algunos apuntan a que esto ha marcado un cambio de estrategia que pronto se revelará.