No ha abandonado Inglaterra, pero, de alguna forma, vive exiliado en su mundo. Ni siquiera apareció en las fotos oficiales de la boda de su hija, la princesa Beatriz. Tampoco se le ha vuelto a ver junto a la Familia Real desde que renunció a sus deberes públicos, en noviembre de 2019.
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Según el documental La Familia real en guerra, emitido en el Canal 5 de Reino Unido, el príncipe Carlos lo considera “dañino” para la monarquía. No es un problema menor. Hay una investigación penal en Estados Unidos y una presunta víctima, Virginia Roberts Giuffre, que asegura que fue forzada a tener relaciones sexuales con el duque de York cuando tenía 17 años.
En un momento de su vida lo tuvo todo. Fue el héroe nacional tras su intervención en la guerra de las Malvinas (1982), pero, desde que estalló el caso Epstein -acusado de tráfico sexual- en Estados Unidos, su posición está comprometida. Y, el antes y el después, tras las graves acusaciones vertidas contra él durante años por su amistad con Jeffrey Epstein, quien apareció ahorcado en su celda de Nueva York, lo marcó su famosa entrevista con la BBC Two.
El duque se proponía zanjar las especulaciones, limpiar su imagen, cerrar un tema que ha sido una llaga constante en su familia, pero consiguió todo lo contrario.
El príncipe de Gales cree que el regreso de su hermano a la actividad pública “es imposible” y que el problema “no tiene solución”
En la calle, se formó un juicio paralelo. Los periódicos clamaron contra su persona, muchas empresas optaron por retirar el apoyo a sus proyectos y patrocinios , y el legado de su madre, Isabel II empezó a verse afectado… Sólo había un camino: reunirse en Buckingham y comunicar la renuncia, dejando de percibir los 290.000 euros anuales por sus funciones en nombre de la Corona.
El príncipe pensó entonces -según diferentes medios ingleses- que podía recuperar su papel institucional, pero ahora ya sabe que para él no hay futuro en la monarquía. Es la otra guerra que tiene que librar palacio.
Según publicó The Times, aunque el duque ganara el caso, los vínculos con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein y la demanda de Virginia Roberts Giuffre serían “un recordatorio del riesgo para la reputación de la familia real”.
Sus abogados pretenden boicotear la audiencia judicial a través de videoconferencia prevista para el día de hoy, 20 de septiembre
Roberts Giuffre la presentó en su contra por violación en primer grado, agresión y abuso sexual, el pasado 10 de agosto. Y, tras recibir la notificación del juzgado, Andrés tenía de plazo para responder ante la demanda civil hasta el día 17 de septiembre.
El equipo que defiende al príncipe espera que el caso sea descartado por un tecnicismo. Consideran la demanda “infundada, inviable y potencialmente ilegal”; al amparo de un acuerdo de conciliación con el que Virginia -lo firmó en 2009- se comprometía a no actuar en el futuro contra Epstein y sus asociados. Sus abogados aseguran, además, que la documentación no se entregó correctamente y pretenden boicotear la audiencia judicial a través de videoconferencia prevista para el 20 de septiembre de este año.
Desde el palacio de Buckingham no se han realizado declaraciones, pero, después de 20 meses, la tormenta vuelve a estar sobre la cabeza del duque de York y el escándalo del príncipe Andrés es uno de los grandes obstáculos que debe salvar el príncipe Carlos. Tiene que asegurar la buena salud de la monarquía y su popularidad casi universal. Por ello, el futuro Rey cortará de raíz cualquier problema que ponga en riesgo el futuro de la corona.
Siempre será su hermano, pero las diferencias entre ellos vienen de lejos, y lo que ha sucedido las ha agrandado un mundo
Siempre será su hermano, pero las diferencias entre ellos vienen de lejos, y lo que ha sucedido las ha agrandado un mundo. El príncipe de Gales, después de todo lo que ha vivido y sufrido, no se jugará el puesto y no se arriesgará a las críticas para salvarlo…
Pero el duque tiene el apoyo de su exmujer, aunque están divorciados desde 1996, y de sus hijas; y cuenta con el amor incondicional de la Reina. Siempre se ha dicho que es su favorito y, en los últimos tiempos, de alguna forma lo ha demostrado.
Cuando su hijo cayó en desgracia, Isabel II salió con él a montar a caballo por los alrededores del castillo de Windsor . El mensaje estaba ahí: lo apoyo como madre. Y, este mismo verano lo ha recibido en Balmoral dos veces. En la primera de las visitas (13 de agosto de 2021), se les unió también el príncipe Carlos para una conversación de crisis, según Daily Mail.
No quieren escándalos que ensucien el legado de la Reina. El príncipe Andrés será ‘marginado’ de la monarquía
El futuro Rey y su heredero, el príncipe Guillermo, están tomando decisiones drásticas para que la corona siga brillando. No quieren escándalos que ensucien el legado de la Reina. El príncipe Andrés será ‘marginado’ de la monarquía.
Su posición en la línea de sucesión facilita el camino al príncipe de Gales. De ser el heredero “de repuesto”, la posición que un día también ocupó Harry, a un noveno lugar. Un cambio de estatus muy significativo con el que no se habría podido reconciliar.
Carlos, de 72 años, aspira a una monarquía menguante. A reducir a la Familia real al mínimo, dando muy poco espacio a sus hermanos y ninguna posición oficial a sus sobrinos. Y esto afecta especialmente a las hijas de Andrés, que se quedarán a la sombra. Muy lejos del papel que su padre soñó y reclamó para ellas. No es oficial, pero la prensa británica lo da por hecho: cuando Carlos llegue al trono retirará privilegios y responsabilidades.
La otra batalla
De momento, y con la Reina al mando, la situación del duque de York es el gran problema que urge solucionar, sin olvidar que Carlos lidia también con la huida del príncipe Harry -no conoce ni a su segunda hija-; y con el príncipe Eduardo por el título de duque de Edimburgo.
Se esperaba que el conde de Wessex -el único de los hermanos que no es duque- heredara el título que llevó su padre, el príncipe Felipe, durante 70 años, pero el príncipe de Gales podría no estar de acuerdo con la decisión que tomaron la propia Reina y el duque de Edimburgo, en 1999, con motivo de su boda con Sophie Rhys-Jones. Según The Times y The Mirror, el futuro Rey no quiere que su hermano herede el título. El príncipe Carlos querría mantenerlo ligado a la corona, y como tal, a su persona. En Buckingham tampoco hay paz.