El nuevo curso comienza con una feliz noticia para la Familia Real británica. Flora Alexandra Ogilvy, nieta de la princesa Alexandra, vuelve a casarse, pero esta vez a lo grande. No hay boda real sin tiara, aunque tuvo que esperar un año para poder ponérsela. Las restricciones por la pandemia también cambiaron los planes de la sobrina de la Reina, dedicada al mundo del arte. El septiembre pasado, se casó con Timothy Vesterberg sin apenas invitados, pero, el pasado día 10 y coincidiendo casi con el primer aniversario de su matrimonio, han vuelto a repetir ceremonia. Mismo escenario, la capilla real del palacio de St. James, la ciudad del Támesis, pero rodeados de su familia y amigos más cercanos.
La novia, tataranieta de los Reyes Jorge V y Mary, llevaba un vestido en crepé, de Phillipa Lepley, con escote corazón y mangas de encaje bordadas con detalles florales y cierto guiño al diseño de Alexandra McQueen con el que se casó la duquesa de Cambridge, en 2011.
Hizo un guiño con los bordados florales de su traje al vestido de novia de la duquesa de Cambridge y llevó la espectacular diadema de perlas y diamantes de su abuela Alexandra de Kent
Siguiendo la tradición nupcial británica, Flora se puso por primera vez una tiara, eligiendo la familiar, que pertenece a su abuela la princesa Alexandra. La diadema lleva cinco horquillas florales de diamantes y perlas —intercambiables con zafiros y turquesas— y cintas de diamantes rodeándolas. La prima carnal de la Reina Isabel la estrenó en el baile que se celebró en el castillo de Windsor en vísperas de su boda con Angus Ogilvy —hijo del conde de Airlie—, en 1963, haciendo juego con un collar inspirado en el que llevó la Reina Victoria en su jubileo de diamantes. Completado el estilismo, llevó un velo de tul bordado a mano con flores; pendientes de lágrima de perlas y diamantes, también de su abuela, y un ramo de flores blancas, creación de Izabela Davi.
Además de su familia más directa, sus padres, James y Julia Ogilvy; su hermano, Alexander, y la princesa Alexandra de Kent asistieron a la boda el duque de Kent, los condes de Wessex y la princesa Michael de Kent —acaba de superar las secuelas del coronavirus— con sus hijos: Lord Frederick y Lady Gabriella Windsor; su nuera, Lady Frederick Windsor; su yerno, Thomas Kingston, y sus nietas, Maud e Isabella, que ejercieron de damitas de honor junto a Lady Marina Windsor. Esta última, hija de la condesa de St. Andrew y hermana de Lady Amelia, quienes también asistieron a la gran boda. Una celebración que volvió a llenar de color y tocados a la ciudad de Londres y culminó con una recepción en el hotel Claridge.