Durante su etapa como actriz Meghan Markle conoció a una persona que con el paso del tiempo pasaría a convertirse en un pilar fundamental en su vida: Jessica Mulroney. La estilista empezó como su consejera estilística para después ser una de sus confidentes. Su relación siguió siendo muy estrecha cuando dejó de ser una de las protagonistas de Suits para ser miembro senior de la Familia Real británica por su compromiso con el príncipe Harry. De hecho, continuó pidiendo consejo a su amiga para el look con el que conquistar en algunas de sus apariciones más relevantes e históricas e incluso la eligió como dama de honor para su enlace. Esa amistad, sin embargo, se colocó en el punto de mira por una polémica con tintes racistas tras la cual nada ha vuelto a ser igual entre ellas, al menos públicamente. ¿Marcó ese escándalo un punto de inflexión entre ellas o, por el contrario, su complicidad no se ha visto afectada?
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La distancia que actualmente existe entre la duquesa de Sussex y la nuera de Brian Mulrone, el que fuera Primer Ministro de Canadá, es únicamente física. Así lo recoge una columna del Daily Mail en la que fuentes cercanas a las amigas sostienen que "Meghan está en contacto regular con Jessica" pero que la primera vive en California -tiene una casa en Montecito- mientras que la segunda tiene su residencia fijada en Toronto. Además, explican que el hecho de que la estilista ya no haga comentarios en sus redes defendiendo a la nuera de Carlos de Inglaterra como ha hecho en ocasiones anteriores no significa que no siga apoyándola en privado. Este comportamiento podría estar en la línea del deseo de la mamá de Archie y Lilibet Diana de mantener su vida al margen del foco mediático ahora que su marido y ella ya no se encuentran bajo el paraguas de la corona británica.
Una polémica que no ha afectado a su relación
A pesar de los miles de kilómetros que las separan, parece que las confidencias entre Meghan y Jessica se mantienen y siguen pudiendo contar la una con la otra. Su amistad no se ha visto afectada por la turbulenta polémica que hace un año protagonizó la íntima de la Duquesa. En plena reivindicación antirracista, la expresentadora del reality canadiense I Do, Redo tuvo una discusión con la bloguera de estilo de vida afroamericana Sasha Exeter que giraba en torno al movimiento de justicia social Black Lives Matter, Las vidas negras importan. La propia estilista reconoció públicamente su equivocación, pidió perdón e incluso hizo referencia a la experiencia a la mujer del príncipe Harry por vivir de cerca con ella "una experiencia donde la raza estaba en el centro".
Es precisamente el racismo uno de los temas que ha vuelto a colocar en el centro de la diana a los duques de Sussex. En marzo hablaron por primera vez de su experiencia en la realeza británica para el programa de Oprah Winfrey, donde explicaron que cuando ella estaba embarazada de Archie un miembro de los Windsor hizo unos desafortunados comentarios sobre cómo sería el color de piel de niño. Esta declaración supuso en el Reino Unido un auténtico tsunami que vuelve a despertarse con la actualización de la biografía del matrimonio. No en vano, en el prólogo de este libro que se publicará el 31 de agosto recogen que su intención era "compartir este detalle" en su entrevista con la CBS. Finalmente Meghan descartó la idea al considerar que revelar esa identidad sería "muy perjudicial para ellos".