Para Diana sus hijos eran su orgullo y alegría, solo podemos imaginar lo mucho que le habría gustado formar parte en la vida de sus descendientes.
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“Sería una abuela de pesadilla , una absoluta pesadilla”, bromeó una vez Guillermo. “Adoraría a los niños, pero sería una absoluta pesadilla. Probablemente vendría a la hora del baño y montaría una escena increíble, burbujas por todas partes, agua por todos lados, y luego se iría”.
La princesa está muy presente en la vida de sus nietos, hasta en su identidad. Sus dos nietas, Charlotte, la hija de Guillermo, y Lilibet, la hija de Harry, llevan también el nombre de Diana. En las fechas señaladas, nunca se olvidan de ella, como desveló Guillermo al publicar fotos de las tarjetas de felicitación que sus tres hijos elaboraron para celebrar el Día de la Madre, una actividad que realizan cada año. El príncipe George escribió: “Querida abuela Diana, feliz Día de la Madre. Te quiero mucho y pienso en ti siempre. Te envío mucho amor”. Por su parte, el dulce mensaje de Charlotte, de cinco años, decía: “Querida abuela Diana, estoy pensando en ti en el Día de la Madre. Te quiero mucho. Papá te echa de menos. Mucho amor, Charlotte”. Y el pequeño príncipe Louis decoró su tarjeta con un corazón de colores y divertidas pegatinas.
“Le habría encantado disfrutar de sus nietos”, dice Guillermo. “La abuela Diana aparece en sus historias y tenemos muchas fotos de ella en casa”
Guillermo ha contado que su madre aparece a menudo en las historias de sus hijos y cuenta que las fotos de la “abuela Diana” están por toda la casa. “Es importante que sepan quién fue ella y conozcan su legado ”, dice.
No cabe duda de que Diana aprobaría el hecho de que Guillermo y Harry se esfuercen por dar a sus hijos una infancia normal, criándolos con mucha diversión, amor y mimos –tal como lo hizo ella– y siguiendo el ejemplo de enviarlos a las escuelas locales.
“Diana rompió el molde de que los niños de la realeza debían recibir clases en el Palacio de Buckingham para posteriormente enviarlos a un internado; ella no aceptó nada de eso”, dice su antiguo guardaespaldas, Ken Wharfe. “Ella quería que sus hijos fueran a la escuela durante el día y que por la tarde sus amigos vinieran a jugar a casa. Eso fue algo completamente nuevo”.
Ahora, mientras Archie disfruta de la vida al aire libre y crece bajo el sol californiano, los niños de Cambridge disfrutan de paseos en bicicleta, clases de tenis, natación y muchos juegos en casa y en el campo de Norfolk. Esto recuerda la infancia de Diana y el vínculo que mantenía con sus tres hermanos en los tiempos que compartían felices juegos en la finca familiar de Northamptonshire, donde crecieron.
Mientras que Charlotte recibe clases semanales de ballet y parece haber heredado de Diana la pasión por el baile, George ya da muestras de una gran sensibilidad y empatía. No cabe duda de que la influencia y el corazón de Diana están presentes en sus nietos, esto se hizo evidente cuando los vimos llenos de emoción aplaudiendo al personal sanitario de Reino Unido y mientras repartían comida durante el inicio de la pandemia.