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La familia Cambridge vive entre el apartamento 1A del palacio de Kensington y su casa de campo, Anmer Hall, en Sandringham, pero también disfrutan de Tam-Na-Ghar, una tercera residencia real completamente desconocida.
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La cabaña es su refugio secreto en la finca de la Reina (Balmoral), donde Isabel II pasa siempre sus vacaciones de verano en su castillo, la casa privada del monarca desde 1852.
La cabaña es su refugio secreto en la finca de la Reina (Balmoral), donde Isabel II pasa siempre sus vacaciones de verano en su castillo
El Príncipe Alberto compró la propiedad para la Reina Victoria y con sus 50.000 acres, siempre ha sido la otra joya de la corona.
Cuenta con más de 150 edificios, entre ellos Birkhall, la residencia privada del príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, la cabaña ‘Garden’, que la reina Victoria usaba para desayunar y escribir diarios; y por supuesto, Tam-Na-Ghar, donde Guillermo y Kate se quedan durante el verano con sus tres hijos, los príncipes George (7), Charlotte (6) y Louis (3).
Un regalo de su bisabuela, la Reina madre, en 2002
El príncipe Guillermo recibió esta casa de tres habitaciones de su bisabuela, la Reina madre, en 2002, poco antes de su muerte, y fue su refugio cuando estudiaban en la Universidad de St Andrews.
Lejos de las cámaras y de la vida del campus, disfrutaron en este lugar, según algunos de sus amigos, de sus momentos más felices como novios… Y, también vivieron momentos emocionantes, como cuando Kate fue presentada a la familia por primera vez.
Para los duques de Cambridge, Escocia es más que especial y parece que la misteriosa Tam-Na-Ghar, la única residencia que jamás ha sido fotografiada, va camino de convertirse en un refugio más habitual.
Que la familia Cambridge pase cada vez más tiempo en Balmoral tiene sentido. A ello apuntaba The Sunday Times estos días, tras reavivarse en Escocia las conversaciones y el entusiasmo por la independencia.
Buckingham querría contar con el príncipe Guillermo y Kate -en las Tierras Altas conocidos como condes de Strathearn- para enarbolar la bandera de la Unión
En 2014, los escoceses optaron por quedarse con el Reino Unido, pero son muchos los que están pidiendo un nuevo referéndum para forjar una nación de ‘Bravehearts’.
Buckingham querría contar con el príncipe Guillermo y Kate -en las Tierras Altas conocidos como condes de Strathearn- para enarbolar la bandera de la Unión y fortalecer los lazos con el país donde se conocieron hace 20 años y que acaban de visitar recientemente.
Una mansión de estilo georgiano, su otro refugio en el campo
Tam-Na-Ghar es la libertad al igual que su segundo hogar, al que se escapan en cuanto pueden: Anmer Hall, ‘El estanque de los patos’ en inglés antiguo. Una casa de estilo georgiano situada a tan solo un par de kilómetros de Sandringham House, donde la reina suele pasar la Navidad
La vivienda, de tres pisos y diez dormitorios, cuenta con un jardín interior con techo de cristal, piscina, cancha de tenis, establos y hasta un campanario… También, después de las obras, con un nuevo acceso principal que Guillermo y Kate modificaron para conseguir una mayor privacidad; y algunos edificios anexos para su equipo de seguridad.
El matrimonio recibió esta casa del siglo XVIII como regalo de bodas de la Reina, en 2011, y fue su residencia principal hasta 2017, cuando el príncipe cerró su etapa como piloto de ambulancia aérea. Entonces, la mansión se convirtió en el refugio de campo, pasando a ser su residencia oficial el palacio de Kensington.
Su casa de Londres no es lo que parece
Cuando se habla del ‘apartamento’ 1A, en Londres, el nombre puede sugerir una residencia pequeña en la ciudad, pero nada es lo que parece: son cuatro pisos - que solventan con el ascensor- con 20 habitaciones (antes 30), completamente reformadas, tras las obras que costaron más de cinco millones de euros.
En la mansión disponen, entre otros espacios, de cinco salas de recepción, tres dormitorios principales con vestidores, estudios, gran comedor, sala de juegos, nueve cuartos para el personal, gimnasio, se dice que, hasta una habitación del pánico, y tres cocinas. La de familia, donde les gusta recibir, la pagaron de su bolsillo y se gastaron alrededor de 200.000 euros para convertirla en el corazón de la casa.
Los duques de Cambridge también disponen de su propio jardín amurallado -otro rincón de libertad para sus hijos-, así como del antiguo y vecino apartamento de la princesa Diana, que usan como oficina con diferentes áreas de trabajo y salas de reuniones.