Fortaleza es la palabra que mejor define a Isabel II. Su primera acepción -fuerza y vigor- es lo que está demostrando la reina de Inglaterra en estos momentos. A sus 95 años y tras la reciente muerte de su marido, el duque de Edimburgo, la soberana ha retomado su agenda con gran estoicismo y este domingo ha recibido al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y a su esposa, Jill, en el castillo de Windsor, cerca de Londres, al término de la reunión de líderes del G7 que ha acogido Reino Unido. Tras el encuentro, Biden declaró que Isabel II le había parecido una mujer "extremadamente amable" y que le había recordado a su madre. Asimismo, el presidente de Estados Unidos indicó que la Reina le había preguntado sobre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el chino Xi Jinping. Además, se interesó por cómo era su vida en la Casa Blanca. "Le dije que la Casa Blanca podría caber en el patio", bromeó Biden, en alusión al castillo de Windsor.
El compromiso de Isabel II con la corona y con la nación es de sobra conocido y una vez más ha tomado las riendas de la familia a pesar de las adversidades. Terminado el luto de dos semanas estipulado por la Casa Real británica tras la muerte del duque de Edimburgo, la soberana ha dado muestras de su fortaleza en cada uno de sus actos. Este fin de semana, por ejemplo, ha cumplido con sus obligaciones vistiendo alegres diseños y mostrando un gran sonrisa. Ha presidido un 'Trooping the colour' inusual y muy diferente en el castillo de Windsor y ha hecho gala de su particupar sentido del humor mientras posaba con los líderes del G-7 en Cornualles. Tal y como recoge el diario británico Daily Mail, cuando llegó el momento de la foto de grupo, Isabel II dijo: "¿Se supone que debéis posar como si os estuvierais divirtiendo?". Cuando otros líderes mundiales comenzaron a reírse, el primer ministro británico Boris Johnson respondió en broma: "Nos hemos estado divirtiendo, a pesar de las apariencias".
Pese a su avanzada edad y su reciente viudedad, Isabel II sigue siendo el timón de los Windsor, una familia que se ha visto salpicada en los últimos tiempos por diversas polémicas. ¿La última? La crisis provocada en Palacio por la explosiva entrevista de Harry y Meghan con Oprah Winfrey. "Ella entiende que tiene un trabajo que hacer, y el duque de Edimburgo hubiera querido que ella siguiera adelante", afirman fuentes cercanas a la Reina a la revista estadounidense People. "Le encanta trabajar. Nunca está inactiva". Aunque Felipe de Edimburgo fue su principal consejero, su "fuerza y apoyo", Isabel II "está acostumbrada a trabajar sola", según ha dicho la biógrafa real Penny Junor a People, sobre todo, desde 2017, cuando el duque de Edimburgo se retiró oficialmente de la vida pública.
En un tiempo de pandemia y con el fin de proteger a la soberana más longeva del mundo, el segundo y el tercero en la línea de sucesión han ido asumiendo cada vez más obligaciones. Así que mientras Isabel II comenzó a desarrollar una nueva forma de trabajo, apuntándose a los encuentros por videoconferencia, el príncipe Carlos y el duque de Cambridge llevaban a cabo los actos de máxima relevancia institucional en el exterior. Sin embargo, el apoyo de su familia no significa que la Reina esté cediendo el control a las nuevas generaciones de los Windsor. "No se le da ninguna consideración a su desaceleración. Ella todavía está claramente a cargo", asegura el historiador Robert Lacey a People.
La vida oficial de la reina de Inglaterra no reviste grandes cambios tras la muerte de su marido, pero de puertas para dentro ha cambiado todo. Ahora tiene que convivir día a día con ese "enorme vacío" que ella misma describió. Isabel II se enamoró del príncipe Felipe cuando tenía 13 años y con él ha disfrutado y sufrido todos los acontecimientos que han sucedido en la Familia Real y también en el Reino Unido. Ahora, con cuatro hijos, ocho nietos y 12 bisnietos se podría decir que Isabel II no está sola. Esto es lo que repiten una y otra vez los medios británicos, conmovidos por la pérdida del que llaman "el abuelo de la nación" y esa imagen de una mujer, la reina viuda, abatida en la despedida de su gran amor.