Lilibet ‘Lili’ Diana Mountbatten-Windsor. El nombre que han dado los duques de Sussex a su hija ha desatado una tormenta mediática. Según fuentes del Palacio de Buckingham, Harry y Meghan no consultaron a la Reina el nombre de la niña . Pero la pareja lo ha desmentido y ha asegurado que Isabel II sí dio la bendición a que su bisnieta llevara el apodo familiar de la Monarca. Pero, ¿qué opinaría Lady Di sobre todo esto? Según Roberto Devorik , uno de los mejores amigos de la Princesa de Gales, la madre de Harry estaría “contenta” de tener una nieta llamada Diana.
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“A Diana le habría gustado, estaría contenta de que su nieta se llamara como ella”, explica Devorik en conversación con ¡HOLA! desde Southampton, en Estados Unidos. Según el empresario, Lady Di estaría encantada , pero también se lo habría tomado con un poco de humor. “Se lo hubiera tomado con cierto humor. ¿Por qué? Porque Diana siempre decía que no se podía ‘despegar’ de la Reina, que ella siempre estaba ‘un paso por detrás de la Reina’. Lo decía en tono de broma, con su humor tan inglés. Así que le habría hecho gracia que su nieta se llamara Lilibet Diana… Nuevamente, Diana está por detrás de Isabel II. Si estuviera viva, me diría: ‘Oh my God, always next to the Queen’. (‘Dios, siempre junto a la Reina’).”
“A Diana le habría gustado, estaría contenta de que su nieta se llamara como ella”
Lilibet es el apodo familiar de la Reina Isabel II , bisabuela de la recién nacida. Se acuñó cuando la entonces princesa Isabel era una niña pequeña y no podía pronunciar su nombre correctamente. Su abuelo, el Rey Jorge V, la llamaba cariñosamente Lilibet, imitando sus propios intentos de pronunciar su nombre. Pero el apodo prosperó y se convirtió en el nombre con el que su familia la llama desde entonces.
El segundo nombre de la niña ‘Lili’ es Diana, un claro homenaje a la difunta madre del príncipe Harry, la Princesa de Gales, que murió en un accidente automovilístico en 1997 cuando él tenía 12 años.
La relación de Diana con Isabel II fue compleja. Andrew Morton, autor de la exitosa biografía Diana: Her True Story: In Her Own Words, escribió que la relación entre ambas mujeres era educada, pero formal y distante, “regida por el hecho de que la Princesa estaba casada con el hijo mayor de la Reina y futuro rey‘’. Al principio, Diana sintió un respeto reverencial por la Monarca. Isabel II la apoyó mucho en sus primeros meses en Palacio y la alentó a protagonizar su primer acto oficial en solitario: asistir al funeral de la Princesa Grace de Mónaco en representación de la Familia Real, en 1982. Entonces, Diana solo tenía veintiún años.
La relación de Diana con Isabel II fue compleja
Según Morton, los problemas maritales de los Príncipes de Gales también influyeron en la relación entre Diana y la Reina. Cada vez que tenía una discusión con su marido, Lady Di se aparecía sin previo aviso en el Palacio de Buckingham para una audiencia con Isabel II. Solía llegar nerviosa o llorando, pero salía de allí más tranquila. La Monarca la consolaba y le daba consejos. Morton asegura que la Princesa encontró “una aliada bastante improbable en la Reina, cuya comprensión y actitud servicial hicieron mucho para alentar a Diana a seguir adelante”.
El punto de inflexión -y de no retorno- llegó con la polémica entrevista que dio Lady Di a la BBC en 1995, conocida como “la entrevista del siglo”. “En mi matrimonio somos tres”, reconoció la Princesa en televisión, con todo el Reino Unido y el mundo oyéndola. Bastaron esas cinco palabras para que la Reina aconsejara a su hijo y a su nuera poner fin a su matrimonio. La relación entre la Monarca y Diana nunca volvió a ser la misma.