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Los duques de Sussex pasarán los próximos meses alejados de sus obligaciones profesionales y centrados plenamente en el cuidado de sus dos hijos. En especial, en el de la pequeña Lilibet, la segunda hija del príncipe Harry y Meghan Markle a la que dieron la bienvenida este 4 de junio. Ellos mismos fueron los encargados de comunicar a través de la web de la Fundación Archewell que, mientras se encuentran de baja por paternidad, la organización seguirá trabajando en aquellos proyectos en los que se encuentra inmersa. Varios medios británicos y estadounidenses como People o The Telegraph han afirmado que el descanso de los duques de Sussex podría alagarse hasta 20 semanas acogiéndose a la política que ambos establecieron para su fundación.
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- Todos los homenajes que esconde el nombre de la hija del príncipe Harry y Meghan Markle
Omid Scobie, biógrafo de Harry & Meghan: Finding Freedom, aseguraba en el programa Good Morning America que "están predicando con el ejemplo" al disfrutar de una baja por paternidad equitativa para la madre y el padre. "Estarán varios meses sin trabajar para ellos [la Fundación]", explicaba el periodista que refutaba su argumento al exponer que "estamos acostumbrados a ver a miembros de la realeza regresar al trabajo al día siguiente, a veces incluso el mismo día, del nacimiento". Este fue el caso del propio príncipe Harry, quien, tras el nacimiento de Archie, viajó tres días después a La Haya, en los Países Bajos para la inauguración de los Juegos Invictus. Meghan, no obstante, retomó su agenda oficial tras cuatro meses de baja por maternidad.
El subsidio por maternidad y paternidad en los Estados Unidos es de un total de 12 semanas, mientras que en el Reino Unido puede variar entre 36 y 52 para la madre y 2 semanas para el padre. Sin embargo, los duques de Sussex están centrados en otros proyectos aparte de la Fundación Archewell. El príncipe Harry tiene el rol de director de impacto en la start-up BetterUp, por lo que es probable que deba retomar su trabajo antes de lo previsto. Además, el próximo mes de julio tendrá lugar una cita muy importante: la inauguración de la estatua de la princesa Diana en el Reino Unido. Este acto puede significar un nuevo encuentro entre Harry y su hermano mayor, el príncipe Guillermo, así como con su padre, el príncipe Carlos.
Lo que es indudable es que los duques de Sussex quieren centrar toda su atención al nuevo miembro de la familia. Lilibet Diana contará con el cariño de sus padres, de su hermano mayor, Archie, y también con los cuidados de su abuela, Doria Ragland que, según The Mirror, se habría trasladado a la residencia de Harry y Meghan para ayudarles en todo lo que necesiten ahora que la familia ha aumentado. La llegada de la segunda hija de los Duques y la onceava bisnieta de Isabel II, trascendía el pasado domingo con un comunicado más informal de lo habitual por parte de sus padres. "Ella es más de lo que podríamos imaginar, y estamos agradecidos por el amor y las oraciones que hemos sentido de parte de todo el mundo. Gracias por vuestra continua bondad y apoyo durante este momento muy especial para nuestra familia", escribían Harry y Meghan en la web de la Fundación Archewell.
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