Los duques de Cambridge siguen imparables con sus numerosos compromisos oficiales. Con motivo de la semana de la concienciación sobre salud mental, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han visitado tres organizaciones del municipio de Wolverhampton en Midlands West para apoyar las causas que defienden y su gran labor. La primera parada tenía lugar en el centro The Way Youth Zone en el que realizan distintos tipos de actividades en un entorno dinámico para jóvenes entre 8 y 19 años con discapacidad.
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La pareja real ha disfrutar de una divertida jornada en la que han experimentado las distintas acciones que se llevan a cabo en este centro juvenil. Entre ellas, han podido realizar un trabajo de jardinería en el que el príncipe Guillermo regaba unas plantas con una curiosa regadera amarilla en forma de conejo. Ante esta situación, su esposa, no podía dejar de reir a carcajadas mientras traspasaba tierra con una pequeña pala. El duque de Cambridge se ha mostrado especialmente implicado en una de sus mayores aficiones: el fútbol. Junto a los instructores y a algunos jóvenes del centro, ha practicado algunos toques con el balón aunque en ocasiones este se le escapaba, a lo que él comentaba: "No tengo pie izquierdo", en tono jocoso.
Además, ha podido demostrar cuáles son sus habilidades en el pin pon, un deporte que ha jugado junto a niños de la asociación pero en el que le ha salido una inesperada contrincante: su mujer. El heredero al trono británico la animaba a unirse a su equipo y él mismo reconocía que "Kate es realmente buena" en este deporte. Tal era su implicación que se evidenciaba en su rostro la concentración para darle a la pequeña pelota en el juego.
Kate Middleton, que comparte con su esposo la competitividad y la implicación en las actividades que ofrecía el centro, no ha querido perder puntos en su partida de pin pon. Minutos más tarde, se animaba a realizar tiro con arco, demostrado que nada se le puede resistir. Una joven de 14 años del centro confesó que le preguntó a la pareja sobre su perro: "Les gusta pasearlo y pasar tiempo con sus hijos, también hornear y preparar diferentes comidas con su familia", dijo la joven sobre las declaraciones de los Duques. Además, durante su visita, quisieron concienciar sobre la importancia de estar conectados con la naturaleza y mostrarle respeto
Para esta cita la duquesa de Cambridge lucía una blusa de lunares de la firma Tory Burch y unos pantalones oscuros acampanados. Su marido, por su parte, vestía un elegante traje que combinaba con una camisa de una tonalidad más clara bajo un jersey de color negro. Ambos se han mantenido fieles a su estilo clásico y elegante sin perder el toque de comodidad para una jornada muy ajetreada. La pareja también se ha mostrado muy cómplice, como suele ser habitual.
Seguidamente, ponían rumbo a su segunda visita del día. El centro Base25, ubicado en la misma localidad, y que tiene como objetivo dar soporte y ayuda a los jóvenes con discapacidad que se encuentran con dificultades para acceder a todo tipo de servicios. Sentados en círculo con el personal que lleva a cabo esta labor, los duques de Cambridge se dispusieron a escuchar cómo trabajan para combatir la explotación sexual, la violencia doméstica y otros asuntos que atañen a los jóvenes más desfavorecidos. Ambos estuvieron muy atentos a todos los testimonios e, incluso, Kate hizo algunas preguntas a las personas afectadas que se encontraban en la sala.
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Para finalizar su jornada, el príncipe Guillermo y Kate Middleton se dirigieron a HugglePets in the Community, una fundación sin ánimo de lucro que se apoya en la terapia asistida por animales para ayudar a los niños y jóvenes con necesidades especiales. La pareja se unió a una sesión en grupo con alguno de ellos antes de visitar la sala donde pudieron observar y sostener a alguno de los animales con los que trabaja la organización. Entre ellos, Gus, un conejillo de indias que llamó la atención del Duque. Sosteniéndolo entre sus manos, quizo preguntarle a algunos de los niños allí presentes sobre sus mascotas. Kate, por su parte, se atrevió a coger a Bárbara, un dragón barbudo de color amarillento que parecía estar realmente confortable sobre sus manos.
Durante la jornada de este miércoles, Kate Middleton recibía un obsequio muy particular y es que los niños de una de las organizaciones le hizo entrega de un cartel con el nombre de 'George' escrito en estilo graffiti mientras los Duques visitaban un mural lleno de este tipo de pinturas. La esposa del príncipe Guillermo no podía evitar mostrar su felicidad y agradecimiento ante ese detalle que ponía el broche a una intensa pero satisfactoria jornada.