Ha pasado casi un mes desde que el duque de Edimburgo falleciera "en paz", tal y como anunció en un comunicado el Palacio de Buckingham. Este miércoles se ha desvelado, según informa Hello!, el certificado médico con las causas oficiales de la muerte del esposo de Isabel II en el que consta que "su edad avanzada" fue el motivo principal, tal y como ratificó el Jefe del servicio médico de la Casa Real británica, sir Huw Thomas. Fue este mismo doctor quien estuvo al cargo de atender "personalmente al fallecido durante un largo período" lo que le permitió observar un "deterioro gradual de su salud general". Por ello, la muerte del duque de Edimburgo tiene una causa natural debido a que, en estos tipos de casos, tal y como indica el informe, a los mayores de 80 años que no presentan enfermedades graves o un deterioro considerable en sus condiciones físicas, se les atribuye como causa su avanzada edad.
Después de que haya salido a la luz el motivo de su fallecimiento, se descarta que las causas tuvieran relación con una enfermedad o con sus achaques en el corazón, los cuales lo mantuvieron ingresado en el hospital durante 28 días y por los que fue sometido a una operación. Su muerte fue registrada el 13 de abril, cuatro días después del triste acontecimiento, por el secretario privado del Royal Borough de Windsor. El certificado de defunción se dirige al fallecido como "Su Alteza Real el Príncipe Felipe, duque de Edimburgo" y recalca que "antes conocido como príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, antes conocido como Philip Mountbatten". También se refiere a él, en primer instancia, como "oficial naval", y en segunda como "esposo de Su Majestad la Reina Isabel II".
Algunos miembros de la Familia Real quisieron aclarar que el duque de Edimburgo había muerto de una manera tranquila y sin sufrimiento. "Fue como si alguien le hubiera cogido de la mano y él se hubiera marchado", explicaba Sofía de Wessex unos días después del suceso al acudir al servicio religioso que se celebró en memoria del príncipe Felipe en la Capilla Real de Todos los Santos del Royal Lodge. A este acto también acudió el príncipe Andrés, quien aseguró que su madre, la reina Isabel II, consideraba un auténtico "milagro" que su marido hubiera fallecido en paz. Así lo confirmaba el Palacio de Buckingham de manera oficial: "Es con profundo dolor que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció en paz esta mañana en el Castillo de Windsor".
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Aprender a vivir de nuevo
Desde que el padre de sus cuatro hijos falleciera, la vida de Isabel II no ha vuelto a ser igual. A pesar de que ha hecho de Windsor su residencia habitual desde que, junto al duque de Edimburgo, se trasladaran al Castillo en el condado de Berkshire para pasar allí el confinamiento, la monarca no ha dejado de trabajar y de ejercer sus deberes oficiales. Desde los apartamentos privados, en el interior de los muros, Isabel II supera en soledad la muerte del que fue su esposo durante 73 años en el que fue el escenario donde compartieron sus últimos momentos juntos, más intensos que nunca. Veían la televisión cogidos de la mano, salían al jardín a dar pequeños paseos o disfrutaban de un desayuno en los exteriores mientras escuchaban las últimas noticia por la radio. De hecho, con motivo del cumpleaños de la Reina, el duque de Edimburgo tenía la tradición de dejarle una rosa sobre su bandeja de desayuno, algo que, sin duda, habrá echado mucho en falta este año.