Lady Louise Alice Elizabeth Mary Mountbatten-Windsor es la hija mayor del príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones, condes de Wessex, y también la nieta preferida de la Reina (además de la más parecida físicamente) y, hasta su muerte, la más cercana al duque de Edimburgo .
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Ha llevado siempre una vida a la sombra, salvando momentos estelares como la boda de los duques de Cambridge o de la princesa Beatriz, en las que ejerció de dama, pero, a medida que se acerca su mayoría de edad, va acaparando más atención y titulares. Ahora, la última vez, tras fallecer su abuelo, siendo la primera de los nietos en aparecer en público.
Louise nació prematuramente el 8 de noviembre de 2003 con un problema ocular -estrabismo severo- que ha sido corregido con dos operaciones quirúrgicas. Y fue la primera de la familia en llevar el apellido de su abuelo, una decisión que hizo muy feliz al duque de Edimburgo, quien no pudo conseguir dárselo a sus hijos.
La pregunta de qué apellidos tendrían los descendientes de la Familia Real surgió nada más acceder la Reina llegó al trono. Isabel II compartía el deseo de su marido de que fueran Mountbatten, pero el gabinete de Churchill la presionó, y, en abril de 1952, tuvo que proclamar que tanto ella como sus descendientes continuarían siendo Windsor. Aunque, tras el nacimiento del príncipe Eduardo (1964) y abriendo camino al apellido de su marido, terminó por ‘consentir’ que sus descendientes llevaran el apellido Mountbatten-Windsor. Aún así habría de pasar casi medio siglo para que uno de sus nietos lo adoptara. La primera, Louise; el último, Archie, el hijo de los duques de Sussex.
Los condes de Wessex hicieron además otra concesión poniendo a su hija Alicia de segundo, el mismo nombre de la madre del duque, la princesa Alicia de Battenberg . Y del resto, se encargó la propia Louise, quien, además, de una consumada amazona, también es una ávida conductora de carruajes , deporte que el príncipe Felipe logró establecer como tal en Gran Bretaña.
Con imágenes que parecen de otra época, la hija de los condes de Wessex revive el espíritu del duque de Edimburgo y maneja el tiro de los caballos del carruaje rojo y negro, que condujo su abuela la reina en 1943. Una pasión de la que el príncipe Felipe fue testigo en numerosas ocasiones viendo a su nieta participar en el British Driving Society Championship for Young Drivers y en el Royal Windsor Horse Show. Le hubiera gustado saber que, en la misma maña de su muerte (9 de abril), su nieta le rendía homenaje sacando su carruaje y dos de sus ponis para correr por los terrenos de Windsor.
Lady Louise estudia en Ascot, tiene un lago en Manitoba, Canadá, con su nombre, le encanta dibujar -le ha dado algunas lecciones a Charlotte, la hija de los duques de Cambridge- y está muy comprometida con la lucha contra el cambio climático . No hace mucho se la veía limpiando residuos en una playa junto a sus padres y a su hermano James, vizconde Severn, que cumplirá quince años en diciembre y es el menor de todos los nietos de la Reina.
En una entrevista con The Sunday Times, su madre, la condesa de Wessex contaba que siempre quisieron que sus hijos tuvieran una vida ‘normal’, estudien en una “escuela normal” y vayan a las casas de sus amigos para las celebraciones. Además, añadió que su marido está ”muy comprometido” como padre y que es ”bueno para las barbacoas”. Una afición heredada de su padre, el duque de Edimburgo quien, como escribió Harry en el mensaje de despedida a su abuelo, era un “maestro de la barbacoa”.
La mujer del príncipe Eduardo, también dijo que espera que Lady Louise vaya a la universidad, porque es “bastante inteligente”. Un paso que su hija tendrá que dar en unos meses si decide finalmente estudiar una carrera.
Asimismo, en declaraciones a Sky News, la condesa contó que su hija descubrió en el colegio que su abuela era la reina. Fueron sus compañeros los que le ‘abrieron’ los ojos contándole que se trataba de la misma persona. En esta misma entrevista, Sophie también decía que se sentían afortunados por vivir cerca del castillo de Windsor porque los fines de semana sus hijos podían tomar el té y pasar más tiempo con sus abuelos.
La familia Wessex reside a unos 18 kilómetros de la milenaria fortaleza, en Bagshot Park. Una impresionante casa de inspiración gótica, construida en 1631 y renovada por última vez por el hijo de la reina con un coste de 2 millones de libras. La conforman alrededor de 120 habitaciones, además de veintiuna hectáreas dentro del área Windsor Great Park, donde también tienen establos y cabañas.
Sophie, casada desde 1999 con el príncipe Eduardo -es el único de los cuatro hijos de la Soberana que no se ha divorciado- disfruta de una relación particularmente cercana con su suegra, la Reina y, desde la retirada del Príncipe Andrés de la vida pública y la posterior salida de los duques de Sussex, no solo es una de las personas más queridas de la Familia Real, sino también el otro gran apoyo de los Windsor .