Desde el fallecimiento de su marido el 9 de abril, Isabel II ha permanecido en el castillo de Windsor, donde ha recibido la visita de sus seres queridos, a quienes hemos visto la mañana de este sábado llegar a la fortaleza para estar presentes en el último adiós a Felipe de Edimburgo, que ha tenido lugar en la capilla de San Jorge. Entre los primeros miembros que se han desplazado a la citada residencia -ubicada en el condado de Berkshire- se encuentran los duques de Cambridge, que han sido fotografiados primero con semblante serio saliendo de su casa, el Palacio de Kensington, y posteriormente en la parte de atrás de un coche llegando a la fortaleza.
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Tal y como estaba previsto, el príncipe Guillermo no viste uniforme militar sino traje negro con corbata del mismo color y mascarilla, mientras que Kate Middleton, de riguroso luto, ha seguido el protocolo con abrigo negro bajo la rodilla y tocado con velo. Además, ha apostado por una pieza de su joyero con la que ha homenajeado al duque de Edimburgo: una gargantilla de perlas de la colección de Isabel II que ya llevó en el año 2017 para la celebración de las bodas de platino de la Reina y su marido.
-Este es el Land Rover que ha trasladado el féretro del duque de Edimburgo
Hasta la puerta de la fortaleza también se ha desplazado en coche Isabel II, con sombrero, abrigo y mascarilla negra, para despedir al gran amor de su vida, del que se enamoró cuando era tan solo una adolescente. Otro de los primeros familiares que ha sido captado por las cámaras dirigiéndose al castillo ha sido el heredero al trono británico, el príncipe Carlos, vestido de la misma manera que su primogénito, con traje y corbata de color negro puesto que así lo pidió expresamente la Reina días antes del funeral. Por su parte, la duquesa de Cornualles, con abrigo negro, pamela y guantes, se ha trasladado en un vehículo diferente al de su marido, con el que se ha reunido ya en el interior de la capilla puesto que él ha estado presente en el cortejo fúnebre, que ha encabezado al lado de su hermana, la princesa Ana.
Con escasos minutos de diferencia, ha llegado al castillo la condesa de Wessex con sus dos hijos, Lady Louise y James, vizconde de Severn, los dos nietos más pequeños de Isabel II y Felipe de Edimburgo. Poco después. el matrimonio formado por Zara y Mike Tindall, quienes recientemente dieron la bienvenida a su tercer hijo, Lucas Philip, en honor al duque de Edimburgo. También hemos visto a las princesas Beatriz y Eugenia, por separado y con sus respectivos maridos, Edoardo Mapelli y Jack Brooksbank, saliendo de sus vehículos para despedir a su abuelo. Esta última le recordaba días atrás contando una simpática anécdota con la que ensalzaba ese lado simpático y pícaro del duque de Edimburgo.
Poco a poco el castillo de Windsor, testigo de algunos de los momentos más importantes de la historia de la Familia Real británica, ha recibido a todos los miembros de la familia que han estado presentes en una despedida marcada por una gran presencia militar con (un total de 700 efectivos de las Fuerzas Armadas han participado), tal y como era deseo del duque de Edimburgo, puesto que que durante toda su vida tuvo una estrecha vinculación con el Ejército. Además, la misa ha estado oficiada por el deán de Windsor y Justin Welby, arzobispo de Canterbury desde febrero de 2013, que ha sido una de las primeras personas en llegar al castillo a primera hora de la tarde.
T,ambién han asistido otros de los treinta invitados al funeral real como, por ejemplo, la condesa Mountbatten de Birmania, quien fue confidente tanto del Príncipe como de Isabel II desde que en 1975 los conoció gracias a su relación con Norton Knatchbull, tercer conde de Mountbatten. Penélope Knatchbull, también conocida como Lady Penny, compartía con Felipe de Edimburgo su pasión por las carreras de enganches ecuestres, competición de la que disfrutaron juntos en muchas ocasiones. Además, suele acompañar a la monarca a la misa en Sandringham. Del mismo modo, ha sido fotografiado el príncipe heredero de Baden.