El duque de Edimburgo, marido de la Reina de Inglaterra, falleció el pasado 9 de abril dejando claro cómo era la despedida que deseaba. Este sábado la Familia Real británica se ha dado cita en Windsor para darle un último adiós que ha comenzado con una impresionante procesión ceremonial en los terrenos del castillo.
En el patio con destacamentos militares, a caballo y a pie, representativos de todos los cuerpos armados con los que tuvo relación el príncipe Felipe a lo largo de su vida castrense, ha arrancado a las 14:45 (hora británica) una solemne procesión de ocho minutos que ha avanzado hacia la capilla de San Jorge siguiendo este orden y en la que han caminado nueve miembros de la Familia Real.
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Banda de la Guardia de Granaderos
Desde las 14:27, cuando el Land Rover todavía sin el féretro ha hecho su aparición en el patio del castillo, las bandas situadas en ese lugar han comenzado a tocar. Entre ellas la de la Guardia de Granaderos, una de las bandas militares más antiguas del mundo y de la que el duque de Edimburgo fue coronel durante 42 años. Los últimos tres siglos esta banda ha estado al servicio de quince monarcas distintos y ha puesto música a los hechos clave que han sucedido en la historia del Reino Unido, como la Segunda Guerra Mundial. Tanto su imagen, con sus gorros de piel de oso, como su famosa marcha forman parte de la identidad cultural del país. La banda ha acompañado a Isabel II desde su nacimiento, hasta su boda y coronación. Una vez más, han intentado reconfortar a la Reina con su música y han encabezado esta procesión.
División Doméstica del Ejército Británico
Los encargados de avanzar en segundo lugar han sido el Mayor General al mando de la División Doméstica, junto a su ayudante de campo y el brigada mayor, el comandante del Comando Estratégico de Reino Unido, el vicejefe y jefe del Estado Mayor de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Aire, el jefe del Estado Mayor de la Armada y el de Asuntos Generales. Con esta presencia se ha querido subrayar la profunda vinculación del marido de Isabel II con el mundo castrense.
Jefes de Servicio
Tanto la División Doméstica como los Jefes de Servicio, segundos y terceros en la procesión, han hecho su aparición por la Entrada de Escuderos, la que se utiliza, entre otros acontecimientos, durante las visitas de Estado. La presencia de los Jefes de Servicio (Comando Estratégico del Reino Unido, Jefe y Vicejefe del Estado Mayor de Defensa y los jefes del personal aéreo, naval y general) son un reflejo de la estrecha relación del duque con todas las áreas de defensa.
El Land Rover con el ataúd del duque de Edimburgo
Uno de los deseos del príncipe Felipe fue este: que sus restos mortales fueran trasladados a la Capilla de San Jorge en un Land Rover que él mismo se encargó de personalizar con ingenieros de la marca inglesa de automóviles para convertirlo en un coche fúnebre. La presencia de este vehículo de estilo militar en la procesión es quizá el detalle más singular de este último adiós y el que mejor describe la personalidad práctica del Duque. Hay que recordar que normalmente en un funeral real -como ocurrió durante el entierro de la Reina Madre o de la princesa Diana- son históricos coches de caballos los que portan el ataúd. Pero este detalle tampoco se ha descuidado. El príncipe Felipe era un apasionado de la conducción ecuestre y su coche de caballos ha estado presente en su despedida. Especialmente emotiva ha sido esa imagen del carruaje sin él y con sus dos ponies negros -Balmoral Nevis y Notlaw Storm- viendo pasar su funeral.
Miembros de la Familia Real
Nueve miembros de la Familia Real han desfilado a pie detrás del Land Rover del duque de Edimburgo. Sus cuatro hijos, sus tres nietos varones y mayores, su único yerno y su sobrino nieto. La primera fila la han ocupado los dos hijos mayores: la princesa real Ana, que nunca ocultó que fuera su favorita, y el Príncipe de Gales. En una segunda fila caminaban los otros dos: los príncipes Eduardo y Andrés, este último era uno de los invitados incómodos del día, ya que sigue alejado de la vida pública por el "caso Epstein". La tercera fila era la más esperada ya que allí estaba una de las fotos del día: el encuentro entre los hermanos Guillermo y Harry, distanciados desde que el pequeño decidió emprender una vida distinta al lado de Meghan. La Casa Real era consciente de ellos así que pusieron a Peter Phillips, hijo de la princesa Ana y nieto mayor del Duque, como parapeto entre el duque de Sussex y el de Cambridge. Un paso por detrás, ya en cuarta fila, estaban el Vicealmirante Tim Laurence, segundo marido de la princesa Ana, y el Conde de Snowdon, hijo de la princesa Margarita, reputado ebanista y que durante un tiempo fue el presidente de la casa de subastas Christie's en Londres. Tras ellos, cerrando la comitiva a pie, iban las seis personas que más cerca han estado del duque en los últimos tiempos, su personal de confianza, entre ellos su secretario privado y el oficial encargado de su protección.
La Reina a bordo de un Bentley
Un coche oficial de la marca Bentley, otro fabricante británico al que la Casa Real es aficionada y que durante la Segunda Guerra Mundial fabricó motores aeronáuticos -véase que nada se ha dejado al azar- ha trasladado a la Reina acompañada por una de sus asistentes personales. Isabel II ha sido la encargada de cerrar esta solemne procesión que ha durado ocho minutos, entre salvas y dobles de campana, y que el resto de los miembros de la Familia Real -los que completan esa lista de treinta invitados y que no han participado en la procesión- han visto pasar desde el Pórtico Galilea.
En el Claustro de la Herradura
Cuando la procesión ha llegado al Claustro de la Herradura, que en los últimos años solo había presenciado momentos felices, los Rifles, regimiento de infantería del Ejército Británico, le han dedicado un saludo real y ha comenzado el Himno Nacional. Concretamente a las 14:53 (hora local) el Land Rover con los restos mortales del Duque llegaba a la Escalera Oeste de la Capilla de San Jorge, entonces han sido las gaitas las que han roto el silencio y miembros escogidos de la Marina Real han porteado el ataúd hasta el primer tramo de la escalera. Una vez allí, cuando los relojes del Reino Unido marcaban las tres, un disparo de la Tropa del Rey ha marcado el comienzo del Minuto de Silencio Nacional.
En el interior de la Capilla de San Jorge
Una vez dentro del templo, la procesión ha atravesando la Nave hasta llegar al Coro. Los primeros en caminar hacia el altar han sido el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el deán de Windsor, David Conner. Tras ellos, miembros de la Marina Real británica, en la que el duque de Edimburgo sirvió, portaban su ataúd. Los nueve miembros de la Familia Real que habían caminado en la procesión entraban después, ya cubiertos con mascarillas. De nuevo la Casa Real encontró la manera de que Harry y Guillermo no entraran juntos, evitando así que se desviara la atención durante el último adiós al marido de la Reina.