El duque de Edimburgo siempre dijo que no quería el "jaleo" propio del funeral de Estado que le correspondía por su rango. Y sus allegados, este sábado 17 de abril, han cumplido su deseo despidiéndole en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, rindiéndole honores militares en un ambiente íntimo. La imagen ha resultado llamativa, pues en tiempos de coronavirus este templo, con capacidad para acoger a 800 personas, ha visto reducido su aforo a 30 asistentes. En otras circunstancias sin duda la afluencia habría sido mucho mayor, pero solo 30 íntimos de Felipe de Edimburgo han accedido al interior de la capilla para despedirle. Entre los asistentes, como no podía ser de otro modo, han estado diversos miembros de la Familia Real británica, recayendo el protagonismo sobre su viuda, la reina Isabel II, sus cuatro hijos y sus ocho nietos. Pero dicho protagonismo también lo han ostentado los ausentes, como Meghan Markle, quien no ha podido acudir a la ceremonia debido a su avanzado estado de gestación, o Sarah Ferguson y los diez bisnietos del fallecido, demasiado pequeños para participar de un acto tan doloroso.
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Con casi 95 años la reina de Inglaterra ha encabezado la despedida de su gran amor, el compañero que durante más de siete décadas ha sido confidente, padre de cuatro hijos y apoyo incondicional desde su coronación en 1953. "Él ha sido, sencillamente, mi fuerza y mi apoyo todos estos años y yo y toda su familia, y este y muchos otros países tenemos con él una deuda mayor de la que jamás reclamaría o que nunca imaginaríamos", reconoció la soberana en 1997 coincidiendo con la celebración de sus bodas de oro.
Isabel II, que tantas crisis ha afrontado a lo largo de su vida, pocas veces se ha mostrado tan abatida como en el día de hoy. Se ha sentado sola y enfrente tenía a su hijo, el príncipe Carlos, que se encontraba junto a su esposa, la duquesa de Cornualles. Tras la muerte de su padre, Carlos describió a Felipe de Edimburgo como "alguien muy especial", opinión que coincide con la expresada por sus hijos Guilermo y Harry. “Catherine y yo continuaremos haciendo lo que él hubiera querido y apoyaremos a la Reina”, aseguró por ejemplo el duque de Cambridge, que ha estado sentado en el interior de la capilla de San Jorge junto a su mujer, Kate Middleton. El duque de Sussex, por su parte, le brindó un entrañable mensaje en nombre de toda su familia: “Meghan, Archie y yo te tendremos siempre en nuestro corazón”.
El príncipe Harry, que vive en California con su esposa e hijo, ha viajado a Reino Unido para despedir a su abuelo. Pero en este momento de duelo ha protagonizando un frío encuentro con su familia tras la explosiva entrevista que concedió a Oprah Winfrey sobre su vida en Palacio con Meghan Markle. El duque de Sussex ha permanecido separado en todo momento de su hermano, el príncipe Guillermo. Los dos hijos de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales no han caminado juntos en la comitiva fúnebre. Antes de acceder a la capilla de San Jorge los separaba su primo Peter Phillips y una vez dentro, ante la imposibilidad de hacer una fila de tres personas, el duque de Cambridge ha caminado con Peter Phillips y el duque de Sussex al lado del conde de Snowdon.
En la ceremonia posterior la distancia entre ellos ha sido todavía mayor. Guillermo se ha sentado al lado de su mujer, la duquesa de Cambridge, y Harry completamente solo, en la misma fila de asientos en la que se encontraba la Reina; la princesa Ana y su marido, el vicealmirante Timothy Laurence, y el príncipe Andrés.
La princesa Ana, la única hija de la reina Isabel y Felipe de Edimburgo, ha ocupado un lugar destacado en el funeral de su padre, caminando detrás del féretreo al lado de su hermano Carlos. Su marido, el vicealmirante Timothy Laurence, también ha estado presente, al igual que los dos hijos que tuvo durante su matrimonio con el capitán Mark Phillip, Peter y Zara. Peter ha acudido solo, ya que está separado de Autumn Kelly, y Zara junto a su marido, Mike Tindall, con quien acaba de convertirse en madre por tercera vez.
A pesar de llevar un año y medio apartado de sus funciones institucionales por el caso Epstein, el príncipe Andrés ha asistido al funeral de su padre. También han estado presentes sus dos hijas, Beatriz y Eugenia de York, acompañadas de sus respectivos maridos, Edoardo Mapelli Mozzi y Jack Brooksbank. "Es una pérdida total... Todos sentimos una gran sensación de pérdida. Pero al mismo tiempo, los tributos han sido absolutamente increíbles", señaló el príncipe Andrés tras la muerte del duque de Edimburgo, un tributo al que también se unieron sus hijas, destacando las múltiples cualidades de su abuelo. “Te recordaré en tus hijos, tus nietos y bisnietos. Gracias por tu dedicación y amor por todos nosotros y especialmente por la abuela, a quien cuidaremos por ti”, escribió Eugenia.
El príncipe Eduardo ha despedido a su padre acompañado por su mujer, Sophie de Wessex, y sus dos hijos, Lady Louise Windsor, de 17 años, y James, de 13. El matrimonio se ha mostrado muy apenado por la muerte del Duque. "Ha sido todo un poco impactante. Por mucho que uno intente prepararse para esto, sigue siendo un shock terrible y todavía estamos tratando de aceptarlo", manifestó Eduardo. La condesa de Wessex, por su parte, reveló que Felipe de Edimburgo se fue en paz. "Fue muy, muy pacífico y eso es lo que deseas para alguien, ¿no? Entonces yo creo que es mucho más fácil para la persona que se va que para la gente que se queda atrás. Estamos todos sentados, mirándonos y diciendo 'esto es horrible'".
Entre los asistentes a la ceremonia, oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, junto al deán de Windsor, David Conner, se encontraban la hija de la princesa Margarita, Lady Sarah Chatto y su esposo, Daniel Chatto; el duque de Gloucester y el de Kent, primos de la Reina, así como su prima y confidente, la princesa Alexandra. Además, por parte del duque de Edimburgo han estado presentes en su despedida el príncipe Bernardo de Baden, jefe de la antigua casa de Baden y nieto de la princesa Teodora de Grecia y Dinamarca, hermana de Felipe de Edimburgo; el príncipe Donato de Hesse, actual jefe o landgrave de Hesse - la casa de la aristocracia alemana de la que fueron miembros las otras dos hermanas del duque de Edimburgo, la princesa Cecilia y la princesa Sofía -, y, por último el príncipe Felipe de Hohenlohe-Langenburg, uno de los nietos de Margarita de Grecia y Dinamarca, hermana mayor del duque de Edimburgo.
También ha asistido Penélope Knatchbull, actual condesta de Mountbatten de Birmania, gran amiga de la Reina y Felipe de Edimburgo. La aristócrata, a la que suelen referirse en la prensa británica como Penny o Lady Penny, era su fiel compañera del Duque en las carreras de enganche. El vínculo de Lady Penny con la realeza británica tiene su origen en su matrimonio con Norton Knatchbull, que es nieto de Lord Mountbatten, el tío y mentor de Felipe de Edimburgo.
Una ausencia impensable en cualquier otra época ha sido la del primer ministro Británico, Boris Johnson, quien no ha asistido a la ceremonia para permitir que acudiera el mayor número de familiares a la misma en tiempos de aforos reducidos por culpa de la pandemia del coronavirus. Un portavoz de Downing Street explicó cómo "el primer ministro siempre ha querido actuar de acuerdo con lo que es mejor para la Casa Real, por lo que para permitir la mayor cantidad posible de miembros de la familia no asistirá al funeral el sábado".
- ¿Es esta la imagen de la reconciliación de los príncipes Guillermo y Harry?
Después del servicio religioso, la Reina, los miembros de la Familia Real británica y los parientes del duque de Edimburgo han abandonado la capilla de San Jorge por el pórtico de Galileo, poniendo fin a uno de los funerales reales más importantes desde que murió la reina Madre en abril de 2002, y diciendo adiós a un hombre que fue testigo, siempre dos pasos por detrás de su mujer, de los acontecimientos más relevantes del siglo XX.