Cuando quedan dos días para el funeral del duque de Edimburgo se van conociendo poco a poco más detalles de cómo será este último adiós al marido de Isabel II, al que despedirán en la capilla de San Jorge de Windsor, castillo en el que falleció el 9 de abril tal y como comunicó la Casa Real. Debido a las circunstancias sanitarias solo habrá treinta asistentes entre los que están incluidas personas de su entorno y, por supuesto, la Familia Real. Aunque se esperaba que los hijos y nietos de Felipe de Edimburgo acudieran vestidos con uniformes militares, según adelanta la prensa británica, la soberana ha tomado una decisión histórica: todos irán vestidos de luto. Así, los hombres deben llevar abrigo y corbata negra y las mujeres prendas de color negro. Se trata de un hecho insólito ya que es la segunda vez en más de un siglo que la realeza no usa uniforme para despedir a un monarca o a su cónyuge, como es este caso.
-Isabel II retoma sus obligaciones reales en Palacio tras la muerte de Felipe de Edimburgo
El hecho de llevar ropa civil hace que todos los miembros de la Familia Real sean iguales en esta despedida en la que, de otra manera, el príncipe Andrés y el príncipe Harry serían los únicos miembros de la realeza británica que no lucirían uniforme militar. No en vano, el protocolo recoge que ninguno de ellos tiene derecho a usarlos tras dar un paso atrás en los deberes reales. Cabe recordar que en febrero los duques de Sussex comunicaron que el Megxit es definitivo y en ese momento el marido de Meghan Markle perdió sus títulos militares, entre los que estaba el de Capitán General de los Royal Marines. Desde entonces no puede usar su uniforme en actos oficiales pero sí sus medallas (la última vez que le vimos con estas distinciones fue en noviembre en Los Ángeles celebrando a título personal el Día del Armisticio).
Por su parte, al príncipe Andrés, que es el tercero de los cuatro hijos de Isabel II y el duque de Edimburgo y formó parte durante más de dos décadas de la Royal Navy, tampoco se le permite usar ropa militar tras decidir en noviembre de 2019 retirarse de la vida pública a raíz de la polémica que suscitó su amistad con Jeffrey Epstein, de la que habló públicamente en una entrevista de la BBC Two. "En los últimos días me ha quedado claro que las circunstancias referidas a mi relación anterior con Jeffrey Epstein han causado importantes problemas en la labor de mi familia y en el valioso trabajo que se lleva a cabo en las muchas fundaciones y organizaciones benéficas que estoy orgulloso de apoyar. Por lo tanto, le he pedido a Su Majestad poder alejarme en el futuro de los deberes públicos y ella me ha dado su permiso", decía en un comunicado. El pasado fin de semana reaparecía en un servicio religioso en honor a su padre en el que, junto a los condes de Wessex, agradecía el cariño recibido tras el fallecimiento de su padre y explicaba cómo se encuentra la Reina tras perder al que ha sido su marido durante 73 años.
Más cerca de la familia
Después de un año viviendo en California y tras el tsunami que supuso la entrevista que su mujer y él concedieron a Oprah Winfrey, el príncipe Harry vuelve a estar cerca de los Windsor. Nada más conocer el fallecimiento de su abuelo se ponía en contacto con algunos miembros de la Familia Real y el lunes llegaba a Londres sin su mujer ni el pequeño Archie para cumplir con la cuarentena obligatoria en Frogmore Cottage (la casa en la que vivía con Meghan) antes de despedir al duque de Edimburgo, al que ha dicho que tendrá siempre en su corazón. Ya en Reino Unido, según The Mirror, ha hablado con el príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y las princesas Eugenia y Beatriz para dejar de lado los enfrentamientos. "A pesar de todo lo que ha sucedido y las heridas aún están bastante abiertas, todos esperan que cualquier disputa se deje para otro día", dice en el citado medio una fuente cercana a la familia.
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