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El duque de Edimburgo será despedido este próximo 17 de abril en un íntimo funeral por quienes más le querían y conocían. No se podrá organizar una multitudinaria cita, como quizá hubiera sido posible si las circunstancias sanitarias fueran distintas, aunque no faltarán sus hijos y nietos que formarán parte previsiblemente de la comitiva que acompañará sus restos hasta la capilla de San Jorge, donde se homenajeará su memoria. En esa comitiva estará el príncipe Harry, que ha llegado ya a Londres donde, previa cuarentena (será en todo caso más breve de los diez días preceptivos debido a la cercanía de la ceremonia), se unirá a los suyos en este adiós. A pesar de las diferencias y la distancia, no solo física, que separó al duque de Sussex de su familia en el último año, seguía manteniendo un estrecho contacto con sus abuelos. En la controvertida entrevista que concedió a Oprah Winfrey, Harry comentó que hablaba por videollamada con la reina y el duque, que así podían ver también a su bisnieto Archie.
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HARRY CON SU ABUELO
El príncipe Harry y su abuelo tenían una relación muy entrañable, que se hacía extensible al príncipe Guillermo. Desde el fallecimiento de Diana de Gales, estuvo muy pendiente de ellos, consolándolos en su pérdida y ocupándose de distraerles (lo hacía con todos sus nietos, aunque especialmente con los hermanos). Compartió con Harry juegos y un gran parecido físico, como se puede apreciar en algunas de las imágenes de su juventud que recordamos. Su vida y formación estuvo marcada por su entrega al ejército, que les hizo vestir el uniforme con orgullo y experimentar el peligro del combate en primera fila: el duque en la II Guerra Mundial y el príncipe en Afganistan. Llevaron además con orgullo el importante cargo de Capital General de la Marina Real, que en 2017 aceptó el príncipe Harry tomando el relevo del príncipe Felipe, que lo había ostentado desde 1953. Un título muy significativo pues el Duque fue un destacado miembro de este cuerpo del ejército británico.
Héroe de la marina con 22 años
Felipe de Edimburgo tuvo una carrera distinguida en la Marina Real desde que se unió a ella en 1939. Puede que incluso estuviera predestinado pues su familia abandonó Grecia tras el golpe militar que derrocó a su tío el rey Constantino en uno de sus buques. Felipe era solo un bebé entonces. Tras ingresar en la marina, obtuvo el premio al mejor cadete y se graduó como el mejor de su promoción en 1940. Estuvo destinado al principio de la II Guerra Mundial en el océano Indico y en la flota del Mediterráneo donde alcanzó el rango de alférez de navío. En 1942 formó parte de la tripulación del destructor HMS Wallace y fue ascendido a teniente de navío y luego a primer teniente del buque. Tenía apenas 21 años por lo que se convirtió en uno de los miembros más jóvenes de la Royal Navy en ostentar el último cargo. Durante este conflicto, una maniobra de distracción diseñada por él evitó un ataque enemigo a su buque salvando a toda la tripulación, lo que le convirtió en un héroe con solo 22 años. Aunque dejó su carrera activa en la marina en julio de 1951, algo que le dolería mucho, siguió muy vinculado a ella ejerciendo, por ejemplo, como instructor en la Escuela de Suboficiales en Corsham, Wiltshire. En 2011, para celebrar su 90º cumpleaños, fue nombrado Lord Gran Almirante de la Marina Real.
El príncipe Harry también hizo carrera en el ejército durante diez años. Concretamente en la Marina obtuvo dos cargos: el de comodoro jefe de buques pequeños y buceo y el de capitán general de la Marina Real, tomando el relevo de su abuelo. A principios de 2020, tras anunciar los duques de Sussex que abandonarían sus deberes institucionales, el conocido popularmente como Megxit, estos títulos quedaron vacantes, y en este 2021, la reina Isabel anunció que le retirará a su nieto los nombramientos militares oficiales aunque él querría mantenerlos. Se baraja que será la princesa Ana, de 70 años, quien ejerza el de Capitán General de la Marina, mientras que el de comodoro en jefe todavía no tiene relevo, al menos conocido.
El príncipe Harry, enviado a Afganistán
La excepcional entrevista del príncipe Harry a su regreso de Afganistán
Dos misiones en Afganistán
El hijo menor de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales también tuvo una fuerte vinculación con el ejército, aunque desarrolló la mayor parte de su carrera militar como piloto. Desde que ingresó en la prestigiosa academia militar de Sandhurst en 2005 como cadete oficial Gales, fue ascendiendo sin descanso. En 2006 entró a formar parte del regimiento de caballería de los Blues and Royals, una facción de la Household Cavalry, el segundo cuerpo más antiguo del ejército británico. Sin embargo, él quería volar. En diciembre de 2008, aprobó su ‘Army Graps’ Army Board y la entrevista de Pilot’s Selection Board para comenzar a entrenar para convertirse en parte del cuerpo de pilotos de la Armada del Aire. Al completar con éxito ese curso, fue seleccionado para entrenar en el helicóptero de ataque Apache, un entrenamiento que utilizó en las dos misiones en las que participó en Afganistán (en 2007-2008 fue la primera, cuando tenía solo 24 años, y en 2013, la segunda). Como su abuelo, vio de cerca una contienda y atravesó complicados momentos tras la pérdida de algunos de sus compañeros en combate. En abril de 2011 fue nombrado capitán y en 2015 marchó destinado a Autralia para unirse a la Fuerza de Defensa del país, servició que terminó un mes después (dejaría el ejército ese mismo año). Dejó de participar en misiones, pero asumió cargos y tareas oficiales de carácter ceremonial, como el título de comandante aéreo honorario de la RAF (los militares han pedido que si no sigue ostentando el título debido al Megxit, coja el relevo su hermano Guillermo) y el de patrono de la Base de la Real Fuerza Aérea Honington, situada en Bury St Edmunds.
Su abuelo también ostentó algunos títulos honoríficos en la fuerza aérea como air commodore-in-chief del cuerpo de entrenamiento del aire y Marshal de la Fuerza aérea, el más alto rango en este cuerpo del ejército. Los títulos militares del duque de Edimburgo se completaron con varios cargos en regimientos británicos y de la Commonwealth. Tuvo un importante papel apoyando a los jóvenes soldados, pues fue coronel en jefe de los cuerpos de cadetes de la armada, la aviación y la marina, además de presidir la Royal Commonweath Ex-Services League, que representa los intereses de los ciudadanos de la Commonwealth que han servido en las fuerzas británicas. En las diferentes visitas que hizo Felipe de Edimburgo a los miembros del ejército en sus operaciones en el extranjero y también en territorio británico, siempre mostró un gran apoyo a quienes entregan su esfuerzo al servicio del país.
Lo mismo ha hecho su nieto Harry, impulsor y creador de los juegos Invictus, una competición que reúne desde 2014 a militares lesionados, heridos y enfermos y que, mediante el poder del deporte, quiere inspirar la recuperación, apoyar la rehabilitación y promover una mejor comprensión de los que sirven a su país. Tal es la entrega y dedicación del príncipe Harry a esta iniciativa que la ha convertido en protagonista de su primer contenido en Netflix. Heart of Invictus será una serie documental en la que se narrarán las historia y los duros entrenamientos de algunos competidores de los Juegos Invictus. Esta competición fue pospuesta con motivo de la pandemia: estaba planificada para mayo de 2020 en La Haya pero, se celebrará en 2022. "Esta serie brindará a las comunidades de todo el mundo una ventana a las historias conmovedoras y ejemplares de estos competidores durante su camino a los Países Bajos el próximo año", explicaba el príncipe Harry en un comunicado.