El duque de Edimburgo vivió 73 años “a la sombra” de su mujer, la reina de Inglaterra. Una vez, la prensa le preguntó cuál era su secreto para tener un matrimonio tan sólido y longevo, y él respondió con su flema inglesa adquirida: “Tenemos intereses diferentes. Eso nos ahorra discusiones”. El príncipe Felipe sentía una gran pasión por las carreras de enganche, un hobby que le proporcionaba la emoción que perdió cuando tuvo que abandonar la Marina Real Británica. Su afición por ese deporte ecuestre le permitió conocer a la que sería su amiga y confidente: Lady Penelope Knatchbull, actual condesa de Mountbatten de Birmania.
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Esta aristócrata, treinta años menor que el duque y a la que todos conocen como Lady Penny, fue durante mucho tiempo la compañera del príncipe Felipe en las carreras de enganche. Ambos disfrutaban mucho de este deporte. De hecho, se conocieron entre caballos, durante un partido de polo en Smiths Lawn, Windsor, en 1975. Entonces, ella aún era Penelope Meredith Eastwood, la hija de un carnicero que hizo una inmensa fortuna creando la cadena de restaurantes Angus Steakhouse. A sus 22 años, también era la prometida de Norton Knatchbull, Lord Brabourne, hijo de la condesa Mountbatten de Birmania, ahijado del príncipe Felipe y primo de Carlos de Inglaterra.
En octubre de 1979, Penelope se casó con Lord Brabourne y su matrimonio con un miembro de los Mountbatten la unió a la Familia Real británica y le abrió las puertas del Palacio de Buckingham. Con el tiempo, se convirtió en una gran amiga y confidente del príncipe Felipe, y también del príncipe Carlos. Ella fue una de las personas del entorno real que aconsejó al príncipe de Gales que no se casara con Diana Spencer, ya que la consideraba demasiado joven para el Heredero. También lo apoyó en su relación con Camilla Parker Bowles. De hecho, Carlos y Camilla solían verse en la residencia de los Knatchbull, en Chelsea.
El duque de Edimburgo y Lady Penny no solo compartían familia y amor por las carreras de enganche. También les unía un pasado trágico, marcado por grandes pérdidas. En 1937, con solo 16 años, el príncipe Felipe perdió a su tutor, el marqués de Milford Haven, y a su hermana favorita, Cecilia, que se mató en un accidente aéreo estando embarazada de su cuarto hijo. En 1979, su tío, Lord Mountbatten, fue asesinado por el IRA. Por su parte, Lady Penny tuvo que lidiar con la pérdida de su hija Leonora, que falleció con solo cinco años a causa de un cáncer, y con las adicciones de su hijo Nicholas. El duque fue su gran apoyo en esos duros momentos.
En 2010, la tragedia volvió a golpear a Penelope. Su marido, Lord Brabourne, la abandonó tras tres décadas de matrimonio y huyó a las Bahamas con una joven diseñadora. En medio del escándalo, la aristócrata encontró consuelo en el príncipe Felipe y en Isabel II. Años después, Lady Penny perdonó a su marido, aunque ya no viven bajo el mismo techo.
La reina de Inglaterra siempre vio con buenos ojos la amistad de su marido y la aristócrata. De hecho, ellas también son muy buenas amigas: la monarca asistió a la boda de una de las hijas de Penelope; acuden juntas a misa en la iglesia de Sandringham; y se han mostrado muchas veces sonrientes en las competiciones ecuestres de Windsor. Seguramente, Lady Penny ahora será un gran apoyo para Isabel II.