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La vida de Felipe de Edimburgo se sale completamente de lo habitual entre los miembros de la realeza. Vivió el exilio, la escasez y el desarraigo familiar antes de convertirse en el marido de la reina de Inglaterra. Quizás por eso, también su carácter y su forma de actuar rompió con la ortodoxia palaciega en numerosas ocasiones. Irónico, con un ácido sentido del humor y ninguna corrección política, el marido de Isabel II protagonizó varios momentos polémicos a lo largo de su larga vida, que se acaba de apagar a los 99 años, plasmados en comentarios que en su día provocaron el sonrojo de algunos y, también, la risa de otros.
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Las diez curiosidades que no conocías sobre el duque de Edimburgo
Esta claro que para él, su esposa es mucho más que una Reina y su cercanía le permite ciertas licencias, pero pocos esperaban que tras su coronación fuese capaz de exclamar con humor: "¿De dónde has sacado ese sombrero?", en referencia a la espectacular corona que lucía la ya soberana. Con ese comentario, sentaba las bases de lo que los micrófonos captarían desde entonces por parte del Príncipe, al que la diplomacia a menudo se le resistía.
A pesar de que tiene orígenes griegos, daneses, rusos... la multiculturalidad solía ser para él un charco en el que no podía evitar saltar. "Tú tienes mosquitos, yo tengo a la prensa", dijo a una matrona en un hospital del Caribe, o "¿Eres una mujer"?, le espeto a una chica guineana durante una visita al país. Tampoco los altos mandatarios escapaban a su peculiar sentido del humor. El presidente de Nigeria le recibió con su atuendo tradicional, del que el duque de Edimburgo penso que era más adecuado "para irse a dormir". Más cerca de su casa, le preguntó a un hombre negro: "¿De qué exótico lugar provienes", a lo que él respondió: "De Birmingham". Durante una conversación con estudiantes británicos en China bromeó asegurando que si seguían mucho tiempo allí les quedaría los ojos rasgados.
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En ocasiones reprendido por la opinión pública por su escaso tacto a la hora de abordar temas sensibles, su comentario durante la recesión de los 80, hizo correr ríos de tinta. "Todo el mundo decía que querían más tiempo libre. Ahora se quejan porque están en el paro", dijo probablemente con una dosis abundante de humor negro. Tampoco con los más pequeños solía contener su sarcasmo. En una ocasión, sorprendió a un niño de 13 años que soñaba con viajar al espacio con un comentario sobre su aspecto físico. "Podrías conseguirlo perdiendo un poco de peso", le dijo. De igual forma, durante una visita a un colegio en el que las niñas llevaban un uniforme rojo, exclamó: "Os hace parecer las hijas de Drácula".
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Su gusto musical también parecía muy diferente al mayoritario y no lo ocultaba. Mientras el mundo se rendía ante Madonna, Felipe de Edimburgo mostró su sorpresa al saber que la cantante pondría la voz a la banda sonora de una de las películas de James Bond. "¿Necesitaremos tapones para los oídos?", dijo en un evento público. Tampoco Elton John, gran amigo de la princesa Diana, parecía encajar con su estilo, porque durante un concierto en 2001, se le oyó: "Ojalá se le apagara el micrófono".
Si no dudó en tirar de ironía tras el momento más importante de la vida de su esposa, no es de extrañar que no destile prudencia con el resto de miembros de la familia. Su relación con sus nueras, en especial, Diana de Gales y Sarah Ferguson, siempre copó titulares, por lo que no es de extrañar que la llegada a la familia de Meghan Markle suscitara también un comentario por su parte. Directo, sin pelos en la lengua y sin preocuparse por ningún parámetro de corrección político expresó con esta frase sus reticencias a que su nieto contrajera matrimonio con ella. "Uno sale con actrices, no se casa con ellas".
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