El duque de Sussex echa raíces lejos de Inglaterra abrazando su nueva vida junto a Meghan y su hijo, Archie. La transición real se ha completado. Tienen un hogar, han creado la independencia financiera que buscaban con nuevos trabajos, han lanzado su organización… y han cortado todos los lazos con su mundo anterior en Gran Bretaña con acciones insólitas y una entrevista explosiva, pero ahora Harry es libre. Así lo vemos en estas nuevas imágenes que nos llegan desde California. Muy relajado y vestido con ropa informal, como un californiano más, el nieto de la Reina parece un príncipe encantado con su nueva vida bajo el sol de California… Casi irreconocible cuando se cumple justo un año (31 de marzo) desde que dejaran atrás a la Familia Real británica.
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Paseos en bici por Montecito, donde se ubica su impresionante mansión; caminatas por la playa y juegos a pie de mar con su perro, Pula (‘lluvia’ en Setswana), el labrador negro que llegó a la familia después de su boda, hace casi tres años (19 de mayo de 2018), y que recibió el nombre de la moneda de Botswana.
Harry, disfrutando a lo grande de un momento a solas en su nuevo mundo de la costa oeste de los Estados Unidos, mientras su abuela la Reina y su padre, el príncipe Carlos, posan juntos en los jardines de Frogmore House (Windsor). El príncipe mojándose los pies y tirando la pelota una y otra vez a su mascota… Y sin Meghan, embarazada —su hija nacerá en verano— ni Archie Harrison. El pequeño que pronto cumplirá dos años y que vimos por última vez en una imagen realizada en esta misma playa.