En algunos aspectos parece que la vida va volviendo poco a poco a la normalidad, incluso para la Familia Real británica tras la tormenta mediática que ha supuesto la entrevista de los duques de Sussex en la televisión americana. Desde que hace un año comenzó la crisis sanitaria, Isabel II y Felipe de Edimburgo se instalaron en el castillo de Windsor, donde no han recibido visitas hasta ahora, cuando su primogénito ha acudido a celebrar con ellos la Pascua. El príncipe Carlos, que la semana pasada hacía un viaje oficial a Grecia con la duquesa de Cornualles, se ha desplazado hasta la actual residencia de la soberana, con la que ha estado paseando por los terrenos de Frogmore House.
-Isabel II planea incorporar un nuevo asesor que defienda la diversidad en la monarquía
La Reina, con un abrigo largo verde, guantes y un pañuelo cubriendo su cabeza, se ha fotografiado muy sonriente con el heredero al trono durante esta agradable jornada al aire libre en la que han hecho un recorrido por la naturaleza que rodea a esta casa de campo, cuyo nombre tiene su origen en la gran cantidad de ranas que siempre han vivido en este lugar pantanoso. Los jardines son en estos momentos un perfecto telón de fondo ya que, coincidiendo con la llegada de la primavera, los árboles han comenzado a florecer y a llenar de diferentes colores este enclave en el que los Windsor tienen tantos buenos recuerdos.
Las imágenes que ha compartido la Casa Real británica suponen el reencuentro público de la soberana, que cumplirá 95 años el próximo 21 de abril, y el príncipe Carlos, a los que no veíamos juntos desde finales de diciembre del pasado año. Entonces Isabel II se reunía con buena parte de la familia durante un sencillo acto en el que agradecieron a los voluntarios locales y trabajadores esenciales sus esfuerzos. A partir de ahora podríamos ver más veces a la monarca y el primero de sus cuatro hijos puesto que ambos han sido ya vacunados contra el coronavirus. Cabe recordar, además, que el padre de los príncipes Guillermo y Harry pasó la enfermedad al inicio de la pandemia, siendo uno de los primeros miembros de la realeza europea en contagiarse.
La tristeza de la Reina por posponer sus planes
Horas antes de pasar este agradable rato con su hijo, Isabel II acudía al primer acto público del año. Además, en un mensaje aseguraba lamentaba no poder celebrar por segundo año consecutivo la fiesta de Pascua. "Estoy seguro de que estarás triste, como yo, de que las circunstancias actuales hagan imposible que ese servicio se lleve a cabo. Sin embargo, espero que este Regalo Santo te recuerde en los años venideros que tus esfuerzos han sido verdaderamente apreciado", decía la Reina, que pospone nuevamente una tradición que data del siglo XIII. Por estas fechas acudía a una misa, celebrada en diferentes lugares cada año, en la que entregaba a algunos miembros de la comunidad unas monedas.