La prensa británica compara a Meghan Markle con Wallis Simpson desde el día en que se anunció el compromiso de la actriz de Suits con el príncipe Harry. A nadie se le escapó que Meghan y Wallis tenían vidas parecidas: dos divorciadas estadounidenses que conquistaban a los príncipes más deseados del reino. Unos años después, cuando explotó el Megxit, la prensa volvió a compararlas: dos duquesas que terminaban en el exilio. Ahora, algunos consideran que la entrevista que han dado los duques de Sussex a Oprah Winfrey ha desencadenado la mayor crisis monárquica desde la abdicación de Eduardo VIII, en 1936.
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Meghan ha resucitado el viejo fantasma de Wallis en su entrevista, que ya han visto más de cincuenta millones de personas en todo el mundo. La duquesa de Sussex eligió para la ocasión un elegante vestido negro de Armani con flores blancas y se peinó con raya en medio. El look era asombrosamente similar al que lució la duquesa de Windsor para un retrato tomado el año en que Eduardo VIII renunció al trono para casarse con ella.
La entrevista que dieron Wallis y Eduardo a la en marzo de 1970, considerada como una lección de elegancia y compasión hacia la Familia Real
Pero hasta ahí llegarían las coincidencias. A diferencia de los Sussex, los Windsor tardaron casi treinta y seis años en romper su silencio. Y a diferencia de Meghan, Wallis prefirió no hacer reproches a la Familia Real británica cuando tuvo la oportunidad. “Mientras que la duquesa de Sussex parece querer subir la apuesta contra su familia política, sugiriendo que tiene poco que perder ‘diciendo su verdad’ porque ‘ya hay mucho que se ha perdido’, la duquesa de Windsor trató de tender puentes hasta el última día”, explica Anna Pasternak esta semana en The Telegraph. La historiadora y escritora presenta como prueba irrefutable la entrevista que dieron Wallis y Eduardo a la BBC en marzo de 1970, considerada como una lección de elegancia y compasión hacia la Familia Real y hacia todos aquellos que los despreciaron.
La entrevista de los Windsor causó tanto revuelo en su día como la que han dado los Sussex a Oprah. Anna Pasternak dice que Meghan podría haber aprendido mucho de aquella intervención televisiva. El duque de Windsor nunca se recuperó del trato que su familia le dio a su esposa: se negaron a conocerla y no le otorgaron el título de Su Alteza Real al que tenía derecho. Por eso, cuando se anunció que la pareja iba a hablar con el periodista Kenneth Harris, muchos pensaron que Wallis aprovecharía la oportunidad para desmentir las falsedades que se habían lanzado contra ella durante décadas, o que Eduardo haría alguna crítica a su familia. Nada de eso ocurrió.
Cuando Kenneth Harris le preguntó a la duquesa de Windsor si se lamentaba de algo, ella respondió: “Ojalá las cosas hubieran sido diferentes. Ahora somos extremadamente felices. Naturalmente, hemos tenido momentos difíciles. ¿Quién no los ha tenido? Hay que aprender a vivir con ello”.
Cuando Harris preguntó al duque por qué no volvió a trabajar para la familia real tras su abdicación, tanto Wallis como Eduardo soltaron una carcajada. “Me temo que la mayoría de las personas que lo impidieron están bajo tierra”, respondió el duque, omitiendo deliberadamente que su cuñada, la reina madre, y su sobrina, la reina Isabel, estaban vivas. La duquesa, un poco más audaz, añadió: “Mi marido podría haber seguido trabajando, podría haber hecho algo”.
Cuando el periodista les preguntó cómo había sido su vida en Bahamas, destino de destierro de la pareja real durante la Segunda Guerra Mundial, Wallis respondió: “Me gustó muchísimo. Un clima maravilloso y gente interesante”. Eduardo, que al principio había odiado las islas, asintió amablemente.
“El duque de Windsor, que murió dos años después de esa entrevista, nunca sucumbió a las críticas públicas sobre su familia”, dice Pasternak en su reportaje en The Telegraph. Ahora, los británicos están revisitando esa entrevista de 1970. Algunos historiadores incluso se preguntan si Wallis podría haber ayudado a la duquesa de Sussex. “Parece que Meghan experimentó un choque cultural después de su matrimonio y no estaba preparada para lo que vendría. No estoy seguro de que alguien hubiera podido ayudarla a superar eso… excepto tal vez la duquesa de Windsor si todavía viviera”, afirma el escritor Nigel Cawthorne en el Daily Mail. “Wallis tenía un conocimiento excepcional para construir puentes entre culturas”, añade Cawthorne. Mrs Simpson, a la que en su día se llamó “la mujer más odiada del mundo”, vuelve a despertar pasiones.