charlotte darwent pastora del pr ncipe carlos© Robbie Muir at Pulze Photography

Entrevista y fotografías exclusivas

La pastora del príncipe de Gales, Charlotte Darwent, hace historia cuidando del rebaño real en ‘Dumfries House’

A sus veintisiete años, es la primera mujer al frente de este puesto en la casa de campo escocesa de Carlos de Inglaterra, donde se ocupa de 800 ovejas


20 de febrero de 2021 - 6:25 CET

Pasó su infancia en el campo, en Cheshire (Reino Unido), y, en esos años, comenzó la pasión de Charlotte Darwent por trabajar al aire libre. Aunque nunca llegó a imaginar que un día acabaría cuidando del rebaño de 800 ovejas del    príncipe Carlos de Inglaterra   en su casa de campo, Des Houmfriuse, en Ayrshire (Escocia), de 800 hectáreas. “Los inviernos pueden ser bastante brutales, pero no querría hacer nada diferente a esto. Me encanta estar aquí”, cuenta a HELLO! la pastora, de veintisiete años, que ha hecho historia al convertirse en la primera mujer en estar a cargo del rebaño real . “No provengo del mundo agrícola, pero pasé mi infancia al aire libre, rodeada de animales, y me gustaba ayudar a los agricultores y a los pastores en el momento del parto de las ovejas”.

Para ti que te gusta

Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra oferta

1 año por 49€ 9,80€

Este contenido es solo para suscriptores.

Celebramoscon un 80% de descuento.

Suscríbete 1 año por 49€ 9,80€

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

© Robbie Muir at Pulze Photography

La pastora de Dumfries House, Charlotte Darwent.

Pero no solo le gusta dedicarse al cuidado de las ovejas: Charlotte adora trabajar con perros pastores . “Tengo tres perros perfectamente entrenados —Maggie, Dot y Jill—, que trabajan conmigo cada día, y también tengo un par de cachorros que estoy incorporando al equipo en este momento, y espero que den la talla. Pero primero necesito entrenarlos y eso puede requerir mucha paciencia. Es maravilloso ver cómo se van desarrollando y, poco a poco, van ganando confianza”, explica.

© GettyImages

El hijo de la Reina Isabel II decidió salvar la finca en 2007, cuando fue vendida por el séptimo marqués de Bute, el piloto de carreras ganador de Le Mans Johnny Dumfries, por 45 millones de libras.

La jornada laboral de Charlotte está marcada por el clima y las diferentes estaciones: “Empiezo a las siete y media de la mañana en esta época del año, ya que no amanece hasta las ocho; luego, cuando llega la primavera y es el momento del nacimiento de las nuevas crías, salgo mucho antes para recorrer los campos. Cada día es totalmente diferente y depende de la época del año y del clima. Aunque tengas frío, tienes que seguir adelante, hay que pastorear a todas las ovejas”, cuenta Charlotte.

‘El Príncipe está interesado en la agricultura ecológica’

La regeneración de Dumfries House es uno de los mayores logros del duque de Rothesay, como se conoce al príncipe Carlos cuando está en Escocia. La finca es ahora completamente orgánica y las ovejas son todas de razas autóctonas: cheviots, cruces de suffolk y cruces de lleyn. “Creo que está muy interesado en la agricultura ecológica y en las ovejas de razas raras. Unas cuantas veces al año, lo vemos paseando por la granja y la finca”, revela la pastora, que comenzó a trabajar en este puesto en 2018 y se enorgullece de mostrarle a HELLO! su nueva casa de pastor, un refugio perfecto para tomarse un respiro de la dureza en invierno.

A sus veintisiete años, es la primera mujer al frente de este puesto en la casa de campo escocesa de Carlos de Inglaterra, donde se ocupa de 800 ovejas
© Robbie Muir at Pulze Photography

Charlotte ocupa este puesto desde 2018, con algunas de las ovejas del príncipe Carlos, a quien a menudo se le ve por la finca supervisando la granja.

“La cantidad de habilidades y horas que se han empleado aquí… es magnífico”, dice refiriéndose a la estructura de la cabaña, hecha por los estudiantes del Programa de Artes de la Construcción de la Fundación Príncipe de Gales. Tiene vidrieras, azulejos hechos a mano y paredes de lana que sirven como aislante, teñidas con líquenes de los árboles de la finca, remolacha y moras que provienen de un jardín recién creado dentro del jardín amurallado de la Reina Isabel. Dicho programa tiene como objetivo fomentar las habilidades y oficios tradicionales, como el techado, la cantería, la carpintería y la herrería, y funciona en colaboración con el Queen Elizabeth Scholarship Trust, una organización benéfica enfocada a la preservación de la artesanía británica.

“Las cabañas de pastor modernas recrean un estilo rural que nos remonta al siglo XIX. Los carpinteros o los agricultores del lugar construían estas cabañas con los materiales que tenían a mano en su entorno, por lo que creo que es muy acertado que para crear este refugio se retomen técnicas de construcción tradicionales, a partir de elementos naturales procedentes de la propia finca”.

Aunque su trabajo pueda parecer solitario, Charlotte forma parte de un pequeño equipo y, por lo general, la finca es frecuentada por animados grupos de estudiantes. “Por el momento, algunas de las instalaciones deben permanecer cerradas, pero hay mucha gente disfrutando de paseos por la finca”, dice.

“Siguiendo la tradición de los pastores, mi cabaña se ha construido con materiales naturales procedentes de la propia finca”, cuenta Char­lotte, a quien le apasiona su trabajo
© Robbie Muir at Pulze Photography

Charlotte con Jill y Dot, dos de sus tres perros pastores, frente a la fachada de Dumfries House, que fue construida en el siglo XVIII.

Es gracias a la intervención del príncipe Carlos que la finca, cercana a Cumnock, se haya rehabilitado y ahora prospere. En 2007, se enteró de que tanto la casa como los terrenos estaban amenazados con su venta y dispersión, por lo que de inmediato puso en marcha una exitosa campaña para su rescate. Años más tarde, en 2017, decía: “Ahora, mientras camino por la finca, me resulta cada vez más difícil recordar cómo era sin los caminos y las carreteras, la nueva plantación y todo lo que se ha restaurado, pero, sobre todo, sin la increíble variedad de edificios al servicio de la educación, la recreación y formación para el empleo y el futuro”.

Cuando se inauguró el Tamar Manoukian Outdoor Centre, hace ocho años, los duques de Cambridge —el conde y la condesa de Strathearn en Escocia— se unieron al príncipe Carlos para celebrar la apertura. Los presentes se reían cada vez que el príncipe Guillermo se frotaba las manos por el frío y, a modo de broma, decía a su padre que “fuera breve”, mientras Carlos se preparaba para dirigir un discurso a la multitud de personas de la localidad y a los miembros de los grupos juveniles, incluidas las Girl Guides y los   Scouts , que habían acudido al evento.

Beneficios de la naturaleza

Kate y Guillermo, junto a sus hijos George, Charlotte y Louis, se han convertido en apasionados  promotores de la aventura al aire libre  y de disfrutar las maravillas de la Naturaleza. “Pasear durante diez o quince minutos al aire libre fomenta la creatividad y la confianza. Supone una gran aportación para el bienestar y físico mental”, afirma Kate.

© GettyImages

La visita a Dumfries House del príncipe de Gales y los duques de Cambridge en 2013.

En cuanto a la ilusión de que los jóvenes royals puedan visitarla algún día, Charlotte comenta: “A los niños les encanta este lugar, todo el tiempo que pasan al aire libre es muy gratificante para ellos”. Estas palabras cobran una relevancia más significativa después del año que hemos vivido, ya que somos más conscientes de los beneficios físicos y emocionales de los espacios abiertos. “No hay nada mejor que la Madre Naturaleza y los beneficios que te ofrece vivir al aire libre, haciendo un trabajo que te mantiene activo y en forma”, nos dice Charlotte, que tiene mucho camino por delante y sueños por cumplir: este año se mudará a la idílica Pennylands Cottage, cerca de la granja, que ha sido restaurada por estudiantes de otro curso de la  Fundación Príncipe de Gales  y el Programa de Artes de la Construcción.