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El 2011 fue muy intenso para Meghan Markle. Profesionalmente fue cuando comenzó a ser conocida para el gran público por su carrera como actriz gracias a su papel protagonista en la serie Suits, de la que formó parte durante siete temporadas. Personalmente también dio un importante paso al contraer matrimonio en septiembre de ese año con Trevor Engelson, un productor con el que mantenía un discreto y largo romance. Aquel enlace, que tuvo Jamaica como telón de fondo, fue completamente privado, pero ahora han visto la luz algunas imágenes y hay un detalle que ha llamado mucho la atención: el vestido nupcial que eligió para el "sí, quiero" era similar al que llevó su ahora cuñada, Kate Midldeton, en su boda real con el príncipe Guillermo de Inglaterra.
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-Un año después de la boda de los duques de Sussex, el exmarido de Meghan se casa con su prometida
El estilo de la duquesa de Cambridge es siempre muy aplaudido y también recibió buenas palabras por la apuesta estilística que hizo para su boda, celebrada el 29 de abril de 2011 en la Abadía de Westminster. Tanto el vestido de Sarah Burton para Alexander McQueen que lució en la ceremonia religiosa como el que llevó a la posterior fiesta realizada en el Palacio de Buckingham (realizado por la misma diseñadora y combinado con un bolero) sirvieron como inspiración para otras novias que se casaron después, como le podría haber ocurrido a Meghan. En su enlace con Engelson, la duquesa de Sussex llevaba un vestido palabra de honor con cinturón de pedrería que recordaba inevitablemente al de la mujer del Príncipe que ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono británico.
Ha pasado ya prácticamente una década de esa coincidencia y la vida de Meghan ha cambiado radicalmente. Dos años después de su boda, el matrimonio con Engelson llegaba a su fin por diferencias irreconciliables y ella fijaba su residencia en Toronto para el rodaje de Suits. Lo que no podía imaginar es que en ese nuevo capítulo se convertiría en miembro de la Familia Real británica. En verano de 2016 una amiga en común le organizó un encuentro a ciegas con el príncipe Harry, con el que conectó enseguida. Pese a la distancia, las citas desde entonces se fueron sucediendo y empezaron a pasar cada vez más tiempo juntos, conociéndose, viajando y compartiendo objetivos como cambiar el mundo. Ambos apostaron por la discreción para su relación, pero un año después de conocerse se producía un punto de inflexión: su compromiso. El 19 mayo de 2018 se daban el "sí, quiero" y en su primer aniversario brindaron convertidos en papás gracias al pequeño Archie Harrison.
Desde sus primeras apariciones como pareja del nieto de Isabel II, los looks de Meghan fueron analizados y también imitados por todo el mundo. El día de su boda con el Príncipe, la exactriz hizo una aplaudida apuesta con la que restableció los códigos de las bodas reales. Confió en Clare Waight Keller, directora artística de Givenchy, quien hizo para ella un vestido sobrio con cuerpo ceñido, escote barco y falda de silueta 'A' modificada. Además, optó por un velo hasta la cintura de cinco metros de largo y elaborado con tul de seda y bordados hechos por la Real Escuela Costurera. Para la posterior recepción del príncipe de Gales, la duquesa de Sussex lucía un segundo vestido de Stella McCartney con cuello alto estilo halter y sin mangas.
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