Los férreos servicios de seguridad de Gran Bretaña al servicio de la Reina a veces también dan algún que otro patinazo. Esto fue justo lo que le paso al príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, cuando en uno de sus paseos nocturnos por una de las fincas de su abuela fue perseguido por un perro policía que lo confundió con un intruso. La curiosa persecución ocurrió en Sandringham, la casa de campo de Norfolk a la que a Isabel II le gusta pasar todas las navidades. Así lo ha desvelado el agente Jon Chandler, que estaba al servicio de la vigilancia de la finca en la noche en la que ocurrieron los hechos y ha contado ahora en una entrevista con motivo de su jubilación, tras 30 años de servicio policial.
En una entrevista que el Policía ha concedido a The Eastern Daily Press, sobre sus años de trabajo en el condado de Norfolk, Chandler ha recordado una multitud de anécdotas sobre sus días de servicio antes de jubilarse. Respecto al gracioso episodio que protagonizó el duque de Cambridge, ha dicho que la confusión vino cuando el animal captó el olor del nieto de la Reina y fue tras él antes de empezar a ladrarle. “Recuerdo una noche en particular cuando estaba sacando al perro con correa por los terrenos de Sandringham y de repente se puso a perseguir al futuro rey de Inglaterra. Era ya tarde y el príncipe Guillermo caminaba hacia los garajes. Menos mal que se lo tomó como una broma”, recuerda.
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A pesar de que todo quedó en un capítulo para contar a los nietos, el agente Chandler asegura que el encuentro con el Duque podría haber acabado mal si su perro hubiera tenido otra reacción. “Podría haberle mordido, pero afortunadamente no lo hizo y tan solo se apartó y le ladró. Sin duda, fue una noche memorable”, ha sentenciado. Además, se da la circunstancia de que el hijo de Carlos de Inglaterra es un gran amante de los perros, como lo es su abuela, y hace tan solo dos meses, se conoció que los duques de Cambridge y sus tres hijos estaban muy tristes por la muerte de Lupo, su cocker spaniel desde hacía casi una década. Fue un regalo de bodas del James Middleton a su hermana. El can era ya un miembro de la familia y tras su pérdida mandaron el siguiente mensaje: “Muy tristemente el fin de semana pasado, nuestro querido perro Lupo falleció. Ha estado en el corazón de nuestra familia los últimos nueve años y lo echaremos mucho de menos”, escribieron junto a varias imágenes de la mascota.
Este año con la pandemia provocada por el coronavirus, la finca de Sandringham ha estado desocupada. Por primera vez en 30 años, Isabel II, Felipe de Edimburgo y toda su familia no han estado en su retiro de campo de Norfolk ni han participado de las tradiciones de los últimos días del año. En su lugar han permanecido en el Castillo de Windsor y sin reuniones familiares para evitar posibles contagios ya que la pareja real es personal de riesgo por su avanzada edad.