Eugenia de York está teniendo un final de embarazo de lo más movido. A mediados de noviembre se conoció que la Princesa y su marido, Jack Brooksbank, se habían mudado a Frogmore Cottage, la casa que el príncipe Harry y Meghan Markle tienen en Reino Unido. La propiedad se reformó para que los duques de Sussex formaran un hogar en el que ver crecer a su hijo Archie, pero su decisión de dejar de ser miembros ‘senior’ de la Familia Real precipitó su mudanza a Norteamérica y la vivienda quedó libro. Después, el coronavirus ha hecho que desde antes de primavera el hijo menor de Carlos de Inglaterra y su esposa no hayan vuelto a hospedarse en este lugar. Por eso, quién mejor para ocuparla que su prima, Eugenia de York. Sin embargo y a pesar de que varios camiones de mudanza se vieron merodeando por Windsor, ahora se ha sabido que tan solo seis semanas después de que se instalase allí con su marido, la hija del príncipe Andrés y su esposo han dejado Frogmore Cottage y han regresado a Ivy Cottage, dentro de los terrenos del Palacio de Kensington.
La princesa Eugenia dará la bienvenida a su primer hijo a principios de 2021, pero parece que la casa de los Sussex no le acaba de convencer para establecerse con su nueva familia, según publica el periódico The Sun, que asegura que el Palacio de Buckingham no ha querido hacer comentarios al respecto ya que la cesión fue un acuerdo privado entre Eugenia y su primo. A pesar de estar rehabilitada, la casa lleva más de un año vacía y parecía que podía ser el hogar perfecto para la nieta de Isabel II ya que se encuentra muy cerca del Royal Lodge, donde residen sus padres, que estarían encantados de tener tan cerca a su primer nieto. Una de las condiciones que la soberana negoció con el duque de Sussex fue que para que se pudieran quedar con esta casa en suelo inglés tenían que abonar los 2,67 millones de euros que le costó al erario público ponerla a punto.
- ¡Hagan sus apuestas! Los posibles nombres del bebé de Eugenia de York ya están sobre la mesa
Se trata de un inmueble de cinco habitaciones y parece que los Duques estaban “encantados” de “abrir su casa” a la Princesa y su marido en su recién estrenado hogar al que pusieron una caldera ecológica, una sala de yoga, baños totalmente remodelados y una cocina de diseño, una reforma que tardó seis meses en ejecutarse y que incluyó adecuar los jardines. La última vez que los Sussex visitaron la cabaña por última vez fue en marzo, durante sus últimos compromisos como miembros de primera fila de la Familia Real. Oficialmente renunciaron a su papel como royals el pasado 1 de abril y tras un periodo en Canadá y Beverly Hills, en verano se instalaron en una mansión en Montecito, Santa Bárbara (California).
Frogmore Cottage fue un regalo que la Reina hizo a los duques de Sussex en octubre de 2018, cuando anunciaron que estaban esperando su primer hijo. Se trata de una casa de campo del siglo XVII situada a menos de dos kilómetros del Castillo de Windsor y ya pasó antes por varias reformas antes de que fuera propiedad de Harry y Meghan. Entre sus ilustres inquilinos destacan la duquesa de Kent, madre de la reina Victoria, los reyes Jorge V y Mary la reina Victoria y el príncipe Alberto. Aunque técnicamente sigue siendo el hogar de los Sussex en Reino Unido, no se prevé que vuelvan en el corto plazo, debido, entre otras cosas, a las restricciones para viajar que ha provocado el coronavirus.