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El próximo 20 de noviembre se cumplen veinticinco años de la "entrevista del siglo" o la "entrevista de la venganza". Esa en la que Diana de Gales destapó la caja de los truenos y reconoció ante una audiencia de 23 millones de espectadores que en su matrimonio con el príncipe Carlos eran tres. Esta declaración a la BBC, desde el Palacio de Kensington en el que vivía con sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry, aceleró el divorcio de la pareja que llevaba ya tres años separada y cimentó una de las mayores crisis de popularidad a las que se ha enfrentado la Casa Real británica. Podría parecer un episodio que todos quisieran dejar atrás, pero los empeños del hermano de Diana lo han devuelto a la actualidad. Charles Spencer puso en duda los métodos con los que el periodista Martin Bashir consiguió que Diana se sentara ante sus cámaras y exigió una investigación por parte de la cadena británica; sin embargo, esto no ha quedado aquí, la investigación tiene el respaldo del Primer Ministro y podría llegar al Parlamento.
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Boris Johnson ha apoyado la investigación que Tim Davie, actual director general de la BBC, ha ordenado para aclarar si Diana fue manipulada emocionalmente con documentación falsa para que accediera a la entrevista. A través de su portavoz oficial, el Primer Ministro asegura que es “la acción correcta” ya que, como servicio público se espera que la cadena cumpla con los más altos estándares periodísticos. De forma paralela, The Telegraph asegura que el asunto va más allá, los parlamentarios que forman el comité de selección digital, cultural, medios de comunicación y deporte debatirán la próxima semana si iniciar una investigación parlamentaria sobre los métodos usados para obtener la entrevista y el supuesto encubrimiento por parte de la cadena.
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Fue a principio de este mes cuando se daba a conocer –a través una carta que Charles Spencer envió al director general de la BBC y a la que tuvo acceso el Daily Mail- que según su versión (a la que habían apuntado otras cadenas rivales deseosas de cuestionar la primicia sin precedentes obtenida por la BBC) la Princesa habría sido engañada para desvelar todas las intimidades de su hogar. Entre otras cosas se señala que se le mostraron extractos bancarios falsos para hacerle creer que alguno de sus empleados del hogar estaba a sueldo del MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido. Otra de las artimañas usadas para crear paranoia en Diana y ganarse su confianza fue el hacerle pensar que el príncipe Carlos y la niñera (la famosa Tiggy Legge-Bourke) mantenían una relación sentimental y que ella estaba muy dispuesta a contarlo.
Por si fuera poco, Matt Wiessler, el diseñador gráfico que habría creado esos extractos bancarios falsos, entra en escena y cuenta que Martin Bashir (que sigue formando parte de la plantilla de la BBC) le ordenó la creación de esos documentos falsos para convencer al hermano de Diana de que estaba siendo espiada. Según el diseñador gráfico, que fue despedido tras este trabajo, el entonces director general de la cadena, Tony Hall, "estaba más interesado en mantener la gran primicia que en descubrir la verdad". Wiessler no duda en señalar su responsabilidad y pide que se disculpe públicamente. La cadena ha comunicado que se va a tomar este asunto muy en serio y que van a llegar a la verdad. Para ello, según un comunicado de Davie al que han tenido acceso los medios británicos, se va a encargar una investigación sólida e independiente.
Para la BBC, el buque insignia de la radio y televisión británica, las acusaciones que se vierte sobre ellos de encubrimiento y deshonestidad suponen un dardo en una reputación que han logrado mantener intacta a pesar de que desde su emisión –es decir, desde hace 25 años- circula el rumor de los métodos poco ortodoxos con los que se consiguió una entrevista que era el sueño de todos los medios de comunicación. A la postre, también resultó de lo más lucrativa, ya que dio la vuelta al mundo, y, según cuenta Daily Mail, sirvió para que Martin Bashir creara una productora privada e ingresara como conferenciante dentro y fuera del Reino Unido.
La sinceridad y el abatimiento que la Princesa de Gales transmitió en una entrevista que forma parte de la historia la convirtió en una heroína que para muchos vivía rodeada de villanos. De forma paralela, para la hoy duquesa de Cornualles, supuso un paso más en su caída a los infiernos; hay que recordar que Camilla ha sudado cada gota de cariño de un público que durante años no la quiso al lado del Príncipe, es más, incluso el día de su boda, en el año 2005 en el Castillo de Windsor, hubo manifestaciones que así se lo hicieron saber. Tras la emisión de la entrevista, la Reina y el príncipe Carlos capearon un temporal que con la muerte de Diana se convirtió en una crisis de popularidad que se vería alimentada con todo tipo de teorías conspiratorias. Los que todavía no se han pronunciado sobre este asunto son los hijos de Diana, los príncipes Guillermo y Harry, que parecen los únicos que sí han pasado página.