Si algo ha caracterizado a Isabel II durante la crisis del coronavirus ha sido la prudencia y el escrupuloso cumplimiento de las recomendaciones sanitarias. Por eso, apenas dos semanas después de su primer acto público tras siete meses de aislamiento, la Reina se prepara para afrontar el segundo confinamiento que ha decretado para Inglaterra el Gobierno británico y no lo hace sola. Después de pasar unos días visitando a su marido en su refugio de Sandringham, ha regresado con el duque de Edimburgo al castillo de Windsor, donde ya pasaron cuatro meses sin salir rodeados tan solo de personal de su confianza.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
- Isabel II ve como una de sus tradiciones más arraigadas pende de un hilo
El matrimonio real ha vuelto este lunes, según ha confirmado el palacio de Buckingham a HELLO! No obstante, la Reina ya llevaba desde mediados de octubre instalada de nuevo en su residencia del condado de Berkshire, mientras que su esposo, retirado de la vida pública desde 2017, permaneció en la casa de campo. Lo que aún no puede confirmar Buckingham, ya que dependerá de la evolución de la pandemia, es si permanecerán allí lo que queda de año o si pasarán las navidades en Sandringham como acostumbran.
Después de más de cuatro meses confinados en el castillo de Windsor, donde Isabel II continuó cumpliendo con sus compromisos de manera telefónica e incluso a través de videollamadas, la pareja partió en agosto en un vuelo privado para Balmoral, en Escocia, dispuestos a pasar los meses estivales en el castillo donde tradicionalmente se reúne la familia en verano. Aunque este año ha habido menos afluencia, si han podido reencontrarse unos días con los duques de Cambridge y sus hijos, George, Charlotte y Louis, a los que tan solo habían podido ver a través de la pantalla de un ordenador, así como con la princesa Eugenia de York y su marido, Jack Brooksbank, que están esperando su primer hijo, y los condes de Wessex. A finales de septiembre, la Reina y su marido se trasladaron a Sandringham, donde el duque de Edimburgo ha permanecido desde entonces.
El pasado 15 de octubre, la Monarca retomaba su agenda de forma presencial con un acto acompañada del príncipe Guillermo, que pasó el coronavirus en secreto el pasado mes de abril. Abuela y nieto se acercaronhasta el laboratorio de ciencia y tecnología de Defensa, cerca de la ciudad inglesa de Salisbury, donde también inauguraron el nuevo centro de análisis energético. Un compromiso institucional, que ha generado una gran expectación y que no ha estado exento de polémica ya que ni la Reina, ni el Duque, ni ninguno de las personas que acudieron a la cita llevaban mascarilla. Apenas unos días después, la segunda ola de la pandemia se recrudeció en casi toda Europa y Downing Street ha endurecido sus medidas decretando un segundo confinamiento en Inglaterra para el que se preparan todos los ciudadanos, y también la Reina y su esposo.