Los haters, los tabloides británicos, ciertos sectores de la opinión pública… Los duques de Sussex están acostumbrados a lidiar en su día a día con un gran número de enemigos que pretenden dañar su reputación. Sin embargo, el príncipe Harry y Meghan se han visto amenazados por otro tipo de peligro: un oso negro salvaje que ha sido visto merodeando por su mansión de Montecito, Santa Bábara (Califronia) que compraron recientemente y en la que viven con su hijo Archie desde el verano, tras unos meses residiendo en la propiedad del actor y compositor estadounidense Tyler Perry. Parece que el animal tiene su guarida en Rancho San Carlos, muy cerca de la impresionante propiedad de los Sussex, y que llegó hasta allí atraído por los gallineros y las aves que los vecinos multimillonarios tienen instaladas en sus fincas.
La existencia de este ejemplar se ha descubierto gracias a las cámaras de seguridad del exclusivo barrio de los Sussex. Los agentes pudieron ver al enorme oso atacando a las aves y asaltando los contenedores de basura en busca de restos de comida. El Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado de California ha asegurado que como el oso está a la búsqueda de víveres su presencia es potencialmente peligrosa para los vecinos de la zona. Además del príncipe Harry y Meghan, entre las conocidísimas celebrities que habitan en este exclusivo vecindario se encuentran las estrellas de la televisión Oprah Winfrey y Ellen DeGeneres y artistas como Gwyneth Paltrow o Ariana Grande. Fue en julio cuando el Departamento de protección animal recibió las primeras llamadas alertando de los primeros avistamientos y las autoridades confían en que abandone la zona más pronto que tarde.
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“Los osos se sienten atraídospor los olores fuertes por lo que recomendamos a los residentes que cierren bien sus basuras y limpian las barbacoas”, ha dicho Tim Daly, portavoz del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California, que ha explicado que en caso de que un transeúnte se encuentre con uno de ellos no hay que establecer contacto visual y no hay que correr ya que es entonces cuando pueden sentirse amenazados y atacar.
Los duques de Sussex se mudaron a esta enorme mansión de aire mediterráneo de nueve habitaciones, 16 cuartos de baño y una casita para invitados completamente equipada tras abonar los doce millones y medio de euros que se pedía por ella. Además cuenta con numerosos espacios dedicados al ocio tanto en el interior como en el exterior como una gran piscina, gimnasio, cancha de tenis, sala de cine o una casa par al té. Otro de sus grandes atractivos es que cuenta con muchos espacios verdes, una rosaleda, cipreses italianos y olivos centenarios, además de un completo pub al estilo inglés, una bodega, varias terrazas con vistas panorámicas y una chimenea por cada habitación.