El príncipe Guillermo ha tenido la oportunidad de probar la comida de distintas partes del mundo en sus múltiples viajes por el extranjero. Además, seguro que los chefs de Palacio están acostumbrados a cocinar para la Familia Real algunos de los platos estrella de la cocina británica como el tradicional desayuno inglés, el Sunday roast, que se suele comer los domingos y está compuesto de una asado de carne con patatas, o la fritura a base de pescado conocida como Fish and chips. Sin embargo, el duque de Cambridge parece también sucumbir al atractivo y sabor de la comida rápida. Ha sido en su último acto público, en el que le ha acompañado su esposa, con motivo de la campaña de fotografía Hold Still -que muestra algunas de las imágenes más conmovedores del confinamiento- donde sorprendió a los clientes de un restaurante de la cadena Kentucky Fried Chiken (KFC) mirando con gran interés a través de su cristalera. Se ve que los platos a base de pollo de esta franquicia despertaron el apetito del nieto de Isabel II.
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Los duques de Cambridge acudieron este martes al barrio londinense de Waterloo, donde pudieron observar algunas de las vallas publicitarias con imágenes de la campaña Hold Still, un proyecto de fotografía en colaboración con la National Portrait Gallery, en el que se seleccionaron un centenar de las 31.000 instantáneas que la gente envió de sus momentos más conmovedores vividos durante los meses de confinamiento provocados por el coronavirus. En uno de los momentos de su recorrido y aprovechando un receso, el primogénito del príncipe de Gales se acercó hasta uno de los establecimientos de KFC donde observó a los clientes que estaban comiendo alguna de las especialidades de pollo frito que han hecho mundialmente conocida a esta firma. Las personas que se encontraban dentro del local no daban crédito de que ese curioso fuera el mismísimo nieto de la Reina y el restaurante aprovechó para retratarlo en plena inspección. Por su cara, parece que lo que estaban comiendo los clientes tenía un aspecto de lo más apetitoso.
En casa de los duques de Cambridge son grandes apasionados de la comida. De hecho, el príncipe Guillermo se dejó ver el pasado mes de julio participando en un podcast de la BBC tomando unas cervezas, curry y unas samosas con sus interlocutores, en uno de los salones del Palacio de Kensington. La Duquesa también bromeó entocnes sobre los tres ‘minicomilones’ que tiene en casa, refiriéndose a sus hijos George, Charlotte y Louis. “Mis hijos tienen pozos sin fondo. Me siento como una máquina de alimentación constante”, dijo con una gran sonrisa. Lo cierto es que a sus seis, cinco y dos años, los pequeños están en edades de pleno crecimiento y descubrir el mundo que les rodea exige un gran gasto calórico.
Además del gusto del príncipe Guillermo por la cocina sureña típica de Estados Unidos como el pollo frito al estilo del sur, Kate Middleton ha revelado en algunas ocasiones los gustos culinarios de su familia, especialmente de sus pequeños a los que les fascinana platos como la pasta con queso, las pizzas caseras o la remolacha, en el caso del príncipe Louis. A Charlotte le van los sabores fuertes y se vuelve loca con las aceitunas el picante, según su madre, un sabor que a su padre no acaba de convencer: “El picante y yo no nos llevamos bien. Me gustan las especias, pero no el calor”, ha dicho en el pasado el duque de Cambridge.