La visita del historiador natural David Attenborough al Palacio de Kensington con motivo del estreno de su último documental ha dado para mucho y, aún así, a George, Charlotte y Louis de Cambridge les han quedado preguntas en el tintero. Los niños, en especial los dos mayores, son unos auténticos fans del divulgador científico y se quedaron sorprendidísimos cuando lo vieron llegar a los járdines de su residencia. No todos los días tienen delante a eminencias de ese calibre, por lo que su curiosidad no tardó en salir a raudales, tanta que sus padres han decidido que dejasen algunas preguntas para compartirlas en un adorable vídeo al que el científico ha respondido amablemente. Es la primera vez que oímos la voz de Louis de Cambridge, de tan solo dos años, y, aunque habíamos escuchado a sus hermanos en alguna ocasión, nunca hasta ahora en una intervención similar mirando a cámara.
La curiosidad sin límites de George y Charlotte de Cambridge al recibir un valioso regalo
"Hola, David Attenborough, ¿cuál cree que será el próximo animal en extinguirse?", preguntaba George de Cambridge, con una excelente dicción y luciendo un polo rojo y azul marino, en su turno. "Esperemos que ninguno", respondía el historiador natural que apelaba a la responsabilidad de las personas para proteger al mundo animal. Por su parte, la curiosidad de Charlotte se dirigía a una especie que, por el momento, no tiene problemas de supervivencia. "Me gustan las arañas, ¿a a tí te gustan las arañas también?", cuestionaba dicharachera con su uniforme del colegio y el pelo recogido, mientras Sir David admite compartir su entusiasmo por los arácnidos y asegura no entender el miedo que suscitan en muchas personas. Finalmente, el benjamín lanzaba su pregunta con algunas dificultades en la pronunciación propias de su corta edad y que han encandilado a sus seguidores. "¿Qué animal te gusta?", quería saber Louis, a lo que el documentalista respondía: "Los monos son los mejores", aunque dejaba claro que, si había que escoger una especie que pudiese tener en casa, se quedaba con los perritos.
Un regalo con polémica
A Attenborough ya le había llamado la atención la curiosidad de los niños después de su encuentro de la semana pasada, cuando les sorprendió obsequiándoles con un fósil de un diente de tiburón gigante que habitó en Malta hace unos 23 millones de años. "Él estaba realmente muy interesado. Parecía gustarle. Le interesan mucho los fósiles y a Charlotte también", decía en referencia a George, que, como apasionado de los dinosaurios que es, no dejaba de contemplar el increíble regalo que, por cierto, también llamó la atención de Malta, el país donde Sir David Attenborough lo encontró incrustado en una piedra caliza en los años 60. El ministro de Cultura de la que fuera colonia británica hasta 1964 reclamó en un principio la pieza por su valor arqueológico, pero las críticas suscitadas por su petición, hicieron que finalmente desistiese en su propósito para fortuna del joven príncipe, que seguirá con el fósil en su haber.
La admiración de George y Charlotte por el historiador natural viene de lejos y así se lo hizo saber la duquesa de Cambridge durante un encuentro con él hace unos meses en el que aseguró que sus hijos estaban "muy enfadados" por no poder conocerle en persona. También la esposa del príncipe Guillermo se confesó durante una videollamada con niños -que hizo durante el confinamiento- como una fan de David Attenborough, que fue nombrado caballero por la Reina en 1985 y en 2002 fue condecorado con la Orden del Mérito.
El divulgador, de 94 años, presentó en Kensignton el estreno de su documental: David Attenborough: A life on our planet. La crisis del coronavirus hizo que la gran premiere en el Royal Albert Hall previsto para el mes de abril se aplazase. En su lugar, realizó una proyección más íntima pero con un espectador de excepción: el príncipe Guillermo, que visionó la cinta junto a él desde el jardín. Su crítica, según han afirmado al Daily Mail fuentes de Palacio, no ha podido ser más favorable: "Cree que es el mejor documental de Sir David. Es una mirada terrorífica a lo que hemos hecho al planeta y a dónde estamos ahora, pero también ofrece esperanza, y motivos para el optimismo porque si podemos actuar ahora y lo hacemos juntos, podemos cambiar las cosas".