Ser un York en los últimos tiempos no está resultando tarea fácil. Los distintos escándalos y polémicas que han rodeado al príncipe Andrés en los dos últimos años han hecho que quede fuera de la Casa Real y que la presencia de sus hijas, Beatriz y Eugenia de York, se vea un tanto diluida. Si bien es cierto que ellas no tienen por qué verse afectadas por lo que haya hecho o no su padre, esto todavía no se ha aclarado en los tribunales, parece que el futuro de las hermanas estará más fuera que dentro de la Casa Real. No en vano, desde hace años, el príncipe Carlos, Heredero al trono, venía perfilando una monarquía reducida de cara a su futuro reinado, algo que viene sucediendo en todas las monarquías europeas en los últimos años. Con este escenario, el bebé que esperan la princesa Eugenia y Jack Brooksbank es una alegría en los tiempos más difíciles por los que ha atravesado la familia York.
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A pesar de no haber sido ni juzgado ni condenado, la imagen del príncipe Andrés se ha ido cayendo como un castillo de naipes y la Casa Real es consciente de ello, como muestra los pasos que se han ido dando para eliminar su figura dentro de los canales oficiales, la escasa presencia que se le reserva en las celebraciones por el centenario de su padre y los rumores que corren en torno a la posibilidad de retirarle el tratamiento de Alteza Real, que todavía retiene a pesar de no trabajar para la Corona desde que estalló el Caso Epstein o, más concretamente, desde que sus argumentos en la entrevista que concedió a la BBC Two para aclarar ese tema, no terminaron de convencer.
Desde su retirada, en el exterior de la familia York se han sucedido los enfrentamientos con la justicia estadounidense, que lo reclama para testificar, mientras que el interior de la casa se han cerrado filas en torno al príncipe Andrés y el apoyo de Sarah Ferguson (con la que sigue compartiendo residencia en el Royal Lodge de Windsor) y de sus dos hijas ha sido total. Por otro lado, el Caso Epstein no era la única nube negra que sobrevolaba al duque de York, ya el pasado mayo fue demandado junto a Sarah Ferguson por el impago del chalet que se compraron en una exclusiva estación de esquí suiza, a la vez que veía como se le iban retirando uno a uno los apoyos de empresas y entidades con los que contaba para llevar a cabo sus proyectos y patrocinios.
Cuando las aguas habían vuelto a su cauce
Para algunos la crisis que ha generado que al príncipe Andrés se le relacione con el, ya fallecido y condenado por tráfico de menores, Jeffrey Epstein es la mayor fractura a la que se ha enfrentado el reinado de Isabel II, que ha vivido otros annus horribilis y ha sabido sortear un sinfín de desafíos a lo largo de sus 68 años en el trono. Es más, llegaron cuando las brillantes celebraciones de la boda de Eugenia de York con Jack Brooksbank habían hecho que por fin se diera carpetazo a esos otros temas controvertidos que habían hecho que la relación entre Sarah Ferguson y el duque de Edimburgo se congelara en el tiempo.
Recuerda aquí todos los detalles y momentos de la boda real de Eugenia de York y Jack Brooksbank
Hay que recordar que, en los años 90, cuando el matrimonio York no atravesaba su mejor momento, unas imágenes de Sarah (todavía casa con el Príncipe) con su asesor financiero dieron la vuelta al mundo. En ese momento, la relación con su suegro, el duque de Edimburgo se hizo trizas, algo a lo que no ayudó su siguiente escándalo, protagonizado en el año 2010, cuando se publicó un vídeo en el que la Duquesa aceptaba dinero a cambio de ponerle en contacto con el príncipe Andrés, que entonces era Representante Especial para el Comercio y las Inversiones de Reino Unido.
Sarah Ferguson pidió perdón una y mil veces por ese episodio y allí fue cuando descubrimos que los York eran, además de los divorciados ideales, un núcleo duro y sin fisuras, ya que, a pesar de verse salpicado por la polémica, el príncipe Andrés apoyó siempre a la madre de sus hijas. Un apoyo incondicional que ahora ella le devuelve, no solo públicamente, también estando a su lado en los momentos más complicados. El bebé que nacerá a comienzos del año 2021 los convertirá en abuelos y será un motivo de alegría en una casa en la que las últimas celebraciones -las boda de Beatriz de York con Edoardo Mapelli Mozzi- tuvieron que hacerse de forma discreta y sin compartir ni una sola imagen de los invitados.
Esa alegría también será máxima para los bisabuelos, Isabel II y el duque de Edimburgo, ya que con sus últimos movimientos han dejado claro que las hermanas York son, además de princesas de la Casa Real británica, ahora y siempre, las nietas que en este momento necesitan más su apoyo. Así que, después de casi tres décadas de fría relación y, según cuentan, haberse prometido que no volvería a compartir espacio con ella, el príncipe Felipe posó en la foto de familia junto a Sarah Ferguson para Eugenia tuviera su boda soñada y, tanto él, como la Reina, pusieron todo de su parte para que Beatriz de York tuviera un enlace excepcional que ya ha hecho historia dentro de las bodas reales.