Los Duques de Cambridge ya están en Londres y han retomado su agenda pública con un pequeño recorrido por algunos comercios de la capital para conocer cómo han colaborado con la comunidad a la hora de enfrentarse a la pandemia que ha paralizado el mundo. Su primera parada ha sido en el Beigel Bake, un establecimiento que abrió sus puertas por primera vez en 1974 y desde entonces ofrece sus conocidos bagels (un tipo de bollo que se toma a modo de sándwich). Ahí les hemos visto ponerse manos a la obra y, con las respectivas mascarillas y lavándose las manos, se han dedicado a hacer la masa de esta deliciosa comida.
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La Duquesa, con vestido rojo de flores y mascarilla a juego, y su marido, con un look azul completo, se han remangado, puesto el delantal del local y han entrado a la cocina para amasar el pan y colocarlo en la bandeja, listo para ser horneado. Les hemos visto en su faceta más natural y tranquila, ejerciendo su papel como los mejores embajadores de Reino Unido, y aunque el príncipe Guillermo ha admitido que nunca había comido estos bagels, se ha mostrado muy concentrado a la hora de participar en el proceso. Se han interesado por cómo el local tuvo que adaptarse a la cuarentena, acortando sus horarios pero colaborando con aquellos que necesitaban ayuda, donando comida y haciendo entregas de pedidos.
Los Duques hicieron uso de su naturaleza competitiva e incluso lucharon a ver quién hacía los mejores bagels, pidiendo que el jefe del local, Elias Cohen (cuyo padre fundó la panadería en 1974), decidiera quién lo había hecho mejor: "Nada mal, ¡creo que Kate gana!", respondía él. "Vale, como siempre", respondía entre risas el hijo del príncipe Carlos, ante lo que la Duquesa respondía que tuvo "la suerte del principiante" puesto que a medida que avanzaba lo iba haciendo peor.
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Durante su recorrido, también han visitado el centro de trabajo London Bridge, donde han escuchado la parte negativa de las empresas, que han utilizado la pandemia para recortar su plantilla, convirtiendo la situación de muchas familias en precaria. Han hablado con algunos de los afectados, que han asegurado después que ha sido muy importante poder hablar con los Duques de Cambridge sobre lo que está pasando porque la gente lo está pasando mal, también a nivel psicológico.
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Tras esto se han desplazado hasta la mezquita del barrio londinense de Whitechapel, donde también hay centro musulmán en el que ayudan a las familias de la comunidad. Guardando las distancias de seguridad han charlado con los voluntarios, en la zona de las cocinas, sobre cómo han participado para aliviar las consecuencias de la covid-19 entre los ciudadanos, los retos a los que se han enfrentado y cómo se ha agrupado la gente y empresas de su zona para colaborar en todo aquello que fuera posible.
Durante el confinamiento, los más vulnerables recibían el apoyo del London Muslim Centre, que forma parte de National Emergencies Trust (de la que es patrón el Duque de Cambridge), a través del envío de comidas recién hechas, medicación, llamadas para aliviar la soledad de los mayores y asesoramiento a las víctimas de la violencia doméstica.