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No se puede controlar absolutamente todo. Y, en la era digital en la que vivimos, no es raro encontrarse titulares como este en los medios de comunicación: Una visita inesperada convierte una entrevista en viral. Ocurre hasta en las mejores familias, como en la de los Sussex. Las llamadas de Zoom de los Duques también incluyen a veces una aparición no programada de su hijo, Archie Harrison, que ya siente el gusanillo y busca la cámara... aunque tenga que trepar (literalmente) hasta ella.
© GtresonlineArchie ya es 'un hombrecito', según el príncipe Harry
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Los Duques de Sussex no han sido ajenos a las videoconferencias y videollamadas de rigor en tiempos de pandemia y, como muchos otros padres de niños pequeños, han tenido que manejar inevitablemente alguna que otra adorable interrupción en medio de la jornada, según cuenta el experto de realeza Omid Scobie, autor de la biografía Finding Freedom, en su podcast, The Heir Pod: “Me encantó asistir a sus llamadas de Zoom diarias con las diversas iniciativas y personas con las que trabajan. Y descubrir cómo Archie no se escapa de trepar para ponerse frente a la cámara web y hacer pequeños cameos improvisados”.
Archie lo lleva en la sangre y ya es todo un profesional de la cámara. La primera experiencia de la que tuvimos noticia fue una videollamada con sus padres para desearle a su bisabuela, la Reina de Inglaterra, un feliz 94.º cumpleaños el pasado abril, pero apenas unos días después tuvo a principios de mayo otra aparición estelar por su primer cumpleaños en un vídeo con su madre. La Duquesa de Sussex, actriz de éxito hasta su boda real con el príncipe Harry, leyó uno de los libros favoritos de su pequeño, Duck! Rabbit!, para apoyar la campaña @SaveWithStories en los Estados Unidos y @SaveChildrenUK en el Reino Unido, que ayuda a los niños que se han visto afectados negativamente por la pandemia de COVID-19.
Definitivamente Archie enamora a la cámara, pero más que a nadie a sus padres, que miraron solo por el niño de sus ojos cuando sopesaron y finalmente tomaron la difícil decisión de renunciar a su vida real por una vida normal: “Nuestro hombrecito es nuestra prioridad número uno, pero después de él nuestro trabajo es la segunda prioridad y solo estamos tratando de hacer todo lo posible para hacer del mundo un lugar mejor”, en palabras del orgulloso papá. Y a veces las prioridades se funden en cameos improvisados.
