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A comienzos de año los duques de Sussex decidieron dejar atrás su papel como miembros senior de la Familia Real británica para buscar su independencia. Así, hicieron las maletas y se trasladaron con el pequeño Archie a Los Ángeles, donde mantienen una vida mucho más discreta que en Londres. Eso sí, el príncipe Harry y Meghan Markle mantienen intacta su faceta solidaria tal y como han demostrado este viernes, cuando han salido de su domicilio para acudir a la escuela primaria Dr Owen Lloyd Knox, ubicado en el sur de la ciudad. En las inmediaciones de este centro educativo, el nieto de Isabel II y su mujer, ambos protegidos con mascarillas y guantes, han entregado a las familias necesitadas, entre otras cosas, material de cara a la vuelta a clase de los más pequeños. Muy cercanos y amables a pesar de las altas temperaturas, han estado ayudando a los más pequeños a elegir las mochilas perfectas para guardar todos sus libros.
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Con unos pantalones cortos verdes, camisa blanca y zapatillas deportivas, Meghan se ha mostrado muy atenta con los más pequeños, quienes han protagonizado divertidos momentos a su lado mientras que ella y Harry los miraban muy sonrientes. También muy sorprendidos estaban los padres, que no esperaban la presencia de dos royals. "Gracias al duque y la duquesa de Sussex por unirse a nuestro equipo para ayudarnos a distribuir útiles escolares, ropa, artículos de higiene, alimentos y más a los niños que necesitan estos elementos básicos más que nunca durante esta temporada de regreso a clases sin precedentes", han escrito desde Baby2Baby, la asociación que ha puesto en marcha esta iniciativa ahora que los estudiantes americanos se preparan para comenzar las clases esta misma semana.
© baby2baby"Estamos muy agradecidos de ayudar a las familias que se han visto afectados de manera desproporcionada por el COVID-19 y están luchando por lo básico", han dicho Norah Weinstein y Kelly Sawyer Patricof, las directoras de esta fundación que, en casi una década, han ayudado a personas sin hogar, víctimas de la violencia doméstica, hogares de acogida, hospitales, colegios o familias que lo han perdido. Se trata, además, de una organización benéfica muy significativa para Meghan y Harry puesto que es una de las cuatro que eligieron para que la gente donara regalos en vez de enviárselos a ellos con motivo del nacimiento de su hijo Archie hace poco más de un año, en mayo de 2019.
Un nuevo capítulo en Los Ángeles
Esta es la segunda aparición de los duques de Sussex a lo largo de la semana. El jueves participaban en una videoconferencia con un grupo de jóvenes del Queen's Commonwealth Trust, una organización que vela por un uso responsable de las redes sociales. Durante la charla, tanto Meghan como Harry hicieron hincapié en la importancia que tiene tener una actitud positiva en la esfera digital y pidieron a los usuarios que no compartan publicaciones negativas o contenido que pueda herir la sensibilidad del resto de personas.. "El bienestar mental y emocional de todos es quizás más frágil que nunca por la COVID", decía la que fuera protagonista de Suits.
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Recientemente los padres de Archie Harrison daban un paso al frente en este nuevo capítulo que han empezado a escribir lejos de los Windsor y afianzaban su estancia en Estados Unidos comprándose su propia casa. Tras instalarse en la mansión de Tyler Perry, se han cambiado a una vivienda ubicada en Montecito, en el condado de Santa Bárbara, a 140 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde tienen como vecinos a rostros tan conocidos como Ellen DeGeneres, Ariana Grande, Gwyneth Paltrow y Oprah Winfrey. Pero lo que más ha sorprendido de esta compra es la historia que guarda esa propiedad, que habría servido de alojamiento durante cerca de cuatro décadas a Stanley McCormick, un hombre que sufría de graves trastornos mentales. Su familia decidió recluirlo en este lugar a fin de intentar que se curara. Para ello contrató a un científico y llegó a instalar incluso un pequeño laboratorio en el interior de la residencia para lograrlo. La esposa de Stanley, Katherine, vivía con él, y también se esforzó por hacer de la finca un auténtico hogar.
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