Han sido varias las ocasiones en las que a lo largo del confinamiento provocado por la COVID-19 los palacios y otras residencias reales de Isabel II han ocupado titulares en los medios de comunicación británicos. Con el mundo paralizado, los palacios cerrados y los turistas sin poder visitarlos, las finanzas de las organizaciones que gestionan estos edificios históricos se han visto debilitadas. Sin embargo, imaginación no les falta y desde su reapertura, hace tres semanas, han hecho varias maniobras para atraer visitantes.
Desde luego la Reina de Inglaterra está dispuesta a poner toda la carne en el asador para que las dos organizaciones sin ánimo de lucro (Royal Collection Trust e Historic Royal Palaces.) que gestionan el patrimonio real y necesitan de los visitantes para sostener estos edificios históricos se recuperen rápidamente de las millonarias pérdidas de los últimos meses. Para ello está dando acceso a estancias hasta cerradas y mostrando al público algunos tesoros poco conocidos. En las últimas horas se ha dado a conocer que desde este sábado se abrirá a los visitantes el East Terrace Garden del Castillo de Windsor, un jardín privado cerrado durante décadas, en el que se han celebrado fiestas privadas de la Familia Real y que el propio duque de Edimburgo rediseñó en la década de los años setenta.
Por si fuera poco, durante todo el mes de los visitantes con niños tendrán acceso especial al jardín del foso del castillo de Windsor, en el que se casaron Harry y Meghan en el año 2018, que se esconde debajo de la icónica Torre Redonda. Un “jardín secreto” en el que podrán hacer picnics y disfrutar de una singular perspectiva de la que es una de las residencias favoritas de la reina de Inglaterra, que ya se encuentra en Balmoral pasando el verano.
Esta apertura se suma a otras iniciativas como la que hace unas semanas lanzó el Palacio de Kensington con la exhibición del icónico vestido con el que Diana de Gales bailó con John Travolta. El diseño de Victor Edelstein que vistió Diana de Gales en Washington en 1985 fue la pieza elegida para “celebrar la reapertura” del palacio, tal y como se puede leer en el folleto de la exposición, y que Historic Royal Palaces adquirió hace un año en una subasta en la que se presentó con un precio de salida de 410.000 euros . Una muestra en la que también se pueden ver otros vestidos usados por la madre de los príncipes Guillermo y Harry, lo que parece indicar que la Princesa fallecida en 1997 sigue siendo un gran reclamo.
Eso sin olvidar el último gran lanzamiento de las tiendas del palacio: una ginebra realizada con ingredientes botánicos cuidadosamente seleccionados de los jardines del Palacio de Buckingham. Un producto Premium que se vende en algunas de las tiendas oficiales que se encuentran en el interior de las residencias reales y en las que hay todo tipo de recuerdos relacionados con la monarquía británica, desde piezas de porcelana conmemorativa de todos los enlaces reales hasta chocolates pasando por la bisutería que imita algunas de las piezas del joyero de Isabel II.