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El “divorcio” entre los Cambridge y los Sussex no está siendo nada fácil. Guillermo y Harry han tomado rumbos distintos y para ello están cortando uno a uno todos los vínculos profesionales que han mantenido durante años. Si recientemente trascendió la decisión de los hermanos de dividirse el Fondo Diana, ahora es el reparto de los fondos de la Royal Foundation el que está en el punto de mira. En los últimos tiempos el debate se ha abierto en el Reino Unido en torno a las transferencias de fondos de sus organizaciones benéficas.
© Getty ImagesHa sido el activista político Graham Smith el que, a través de la página web del grupo de presión que lidera, ha advertido que ha denunciado ante la Comisión de Caridad, la organización que rige en el Reino Unido a las organizacines benéficas, a la Royal Foundation, actualmente en manos de los duques de Cambrige, y a la ya desaparecida Sussex Royal por “presunto conflicto de intereses, uso inapropiado de fondos y falta de independencia”. "La Fundación Real otorgó una subvención de 145.000 libras (casi 160.000 euros) a Sussex Royal y 144.901 libras a una organización no benéfica (Travalyst). En ambos casos parece que la única razón para la decisión fue la relación personal entre dos patrocinadores, el duque de Sussex y el duque de Cambridge", añade.
“Estas dos organizaciones benéficas parecen estar incumpliendo las pautas relativas al uso adecuado de los fondos de caridad y pueden estar incumpliendo su deber de actuar de manera independiente y exclusivamente en interés de sus objetivos", advierte el director de la campaña Republic señalando que ambas fundaciones transfirieron fondos a Travalyst, el programa de turismo sostenible que lidera el príncipe Harry y que según señala Smith no es una organización benéfica. Sobre este tema, el medio británico Express publica que “Travalyst se registró como sociedad limitada".
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Travalyst en su página web se define como una “nueva y audaz iniciativa global” cuyos socios fundadores son Booking.com, Skyscanner, Trip.com, TripAdvisor y Visa, todo ello liderado por el príncipe Harry con la “ambición de cambiar el impacto de los viajes para siempre”. El proyecto busca atraer a “viajeros que quieran tener un impacto positivo” tanto en el medio ambiente como en las comunidades que visitan. Entre sus objetivos están proteger la vida silvestre, preservar el medio ambiente, fomentar el turismo y hacer que las comunidades que reciben viajeros se beneficien de ello.
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Las reacciones no se han hecho esperar y la prensa británica ha publicado la declaración del equipo legal del príncipe Harry, que considera “profundamente ofensivo” que se ponga en duda su trabajo caritativo: “Las donaciones hechas a la organización sin fines de lucro Travalyst son para el desarrollo continuo de proyectos que apoyarán a las comunidades, la vida silvestre y el medio ambiente a través de viajes y turismo sostenibles. Todas las subvenciones se han realizado de manera imparcial y objetiva, en línea con los requisitos legales, y se han informado de manera transparente de acuerdo con las regulaciones".
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El comunicado del bufete de abogados Schillings especifica que Travalyst “es una organización sin ánimo de lucro de la que el Príncipe no recibe ganancias comerciales o financieras, como es el caso de todos sus compromisos caritativos”. Además añade que “todas las actividades caritativas de Harry son totalmente transparentes y cumplen con las pautas de la Comisión de Caridad y, además, con su propia brújula moral”. Por último, se advierte que "el interés siempre ha sido claro: apoyar a los demás y marcar una diferencia positiva. Sugerir lo contrario es inequívocamente incorrecto y se actuará de acuerdo con el peso de la ley".
Por su parte, un portavoz de la Royal Foundation defendio la transparencia de la entidad. "Las subvenciones otorgadas a Sussex Royal fueron para apoyar el trabajo caritativo del duque y la duquesa de Sussex" y aclaró que "estaban totalmente en línea con los requisitos del Gobierno", en declaraciones recogidas a The Telegraph.
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La Royal Foundation fue creada en el año 2009 por los hijos de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales para llevar a cabo sus proyectos filantrópicos. Bajo ese sello se han aglutinado todas y cada una de las iniciativas que a lo largo de estos los príncipes han puesto en marcha de forma desinteresada. Kate Middleton entró a formar parte de la citada fundación tras su boda con Guillermo y Meghan Markle haría lo mismo tras la boda con Harry, sin embargo, poco tiempo estuvieron los cuatro juntos al frente de ese proyecto. Harry y Meghan crearon la citada Sussex Royal, que más tarde desapareció cuando la Reina impidió a la pareja usar la palabra "royal".
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