Antes de la salida definitiva de los duques de Sussex de la primera línea de la Casa Real, ya hubo otra separación que, aunque levantó menos ampollas, acabó siendo el preludio de lo que se venía. A finales de 2018, el príncipe Harry y el príncipe Guillermo decidieron separar sus oficinas y por tanto iniciar agendas independientes de acuerdo al distinto rol que cada uno ocupaba en la Familia Real. Aunque en principio los dos matrimonios vivían en el palacio de Kensington y seguían manteniendo la organización benéfica Royal Foundation como nexo común, la separación no tardó en hacerse aún más profunda. El príncipe Harry y Meghan Markle se mudaron a Frogmore Cottage, en Windsor, y posteriormente pusieron en marcha la fundación Sussex Royal, desvinculándose de la que compartían con los duques de Cambridge. Era el comienzo de unas negociaciones para poner negro sobre blanco lo que correspondía a cada uno de sus asuntos en común y ahora el Daily Mail ha revelado el contenido de ese acuerdo.
La relación entre Guillermo y Harry, de nuevo en el punto de mira
Los documentos datan de diciembre de 2019, tan solo un mes antes de que los duques de Sussex anunciasen su intención de abandonar sus obligaciones reales, y se centran en el reparto del fondo benéfico en memoria de Diana de Gales. En 2013, la recaudación de esa organización, que ya no estaba operativa, pasó a formar parte de la Royal Foundation, con el objetivo de que no se perdieran algunas donaciones que seguían llegando a pesar del cierre. Según el acuerdo al que llegaron, la mitad de esos fondos serían para la ahora llamada Royal Foundation of the Duke and Duchess of Cambridge, y la otra mitad para la ya desaparecida Sussex Royal. Además, el informe anual de la organización dependiente del príncipe Guillermo y su esposa facilitó hasta 145.000 libras para ayudar a consolidar la recién nacida fundación de Harry y Meghan, así como otras aportaciones para impulsar la puesta en marcha de algunos de sus proyectos como el programa de turismo sostenible Travelyst.
Nueva polémica a la vista para Harry y Meghan por el uso de su monograma
Sin embargo, una de las consecuencias del paso atrás que han dado los duques de Sussex en la Casa Real es que desde marzo de este año la Reina no les permite usar la marca Sussex Royal, que había sido hasta entonces su buque insignia. Aunque a regañadientes, la pareja acataba la decisión lo que le obligaba a echar el cierre a su fundación para poner en marcha otra, a la que llamarán Archewell, y que todavía está en trámites para su registro. Según el Daily Mail, la parte de los fondos que correspondían al príncipe Harry del memorial de su madre los habría destinado a la organización Setenbale que fundó en 2006 para ayudar a las víctimas de la extrema pobreza y del VIH en Lesotho, Botsuana y Malawi.
Los duques de Sussex ahora viven en Los Ángeles con su hijo Archie, donde están comprobando de primera mano algunos de los problemas e inconvenientes de la vida fuera del abrigo de la Corona. La burocracia ha retrasado el lanzamiento de su nueva fundación, que recibe su nombre en honor a su pequeño, que ya tiene un año. Según ellos mismos han detallado en la solicitud de registro que han transmitido a la Oficina de Patentes y Marchas de Estados Unidos, la organización benéfica contemplaría también un imperio educativo multimedia e incluso el lanzamiento de un amplio sitio web de bienestar con películas, podcasts y libros. Además, hace unos días han añadido también la producción audiovisual entre sus objetivos, algo que hace pensar en una vuelta al cine de Meghan.
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