Lejos de Gran Bretaña y con su precioso bebé, que acaba de cumplir su primer añito, los duques de Sussex celebran este martes su segundo aniversario de boda. Nada hacía presagiar que el 19 de mayo de 2018 en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor los recién casados iban a protagonizar meses más tarde una de las decisiones más polémicas de los últimos tiempos: el paso atrás en sus deberes monárquicos y su salida de la primera línea de la Familia Real británica. Tras unos días de intensas negociaciones, el príncipe Harry y Meghan aceptaron el acuerdo por el que Isabel II les permitía empezar una nueva vida, pero a cambio de algunas condiciones que han ido acatando, como la prohibición de volver a usar la palabra ‘royal’ con fines comerciales. Sin embargo, una de la que más dio que hablar entre la opinión pública británica fue quién pagaría la reforma de Frogmore Cottage, la casa que la Reina les regaló tras su boda. Finalmente, las partes acordaron que serían los Sussex los que se harían cargo de la factura que ya han empezado a abonar.
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La rehabilitación de la vivienda supuso al erario público unos 2,6 millones de euros, pero al abandonar sus deberes institucionales fueron muchas las voces que pidieron que los Duques abonaran esta rehabilitación si quería seguir manteniendo el que había sido su hogar en el Reino Unido. Harry y Meghan aceptaron y ahora se ha sabido que la pareja está pagándola a razón de algo más de 20.000 euros al mes, según ha informado The Daily Mail, lo que supondría que acabarían con su deuda en unos diez años. Aunque están pagando por el inmueble, lo cierto es que desde que tomaron su decisión de vivir, primero en Canadá y luego, en los Estados Unidos, Frogmore Cottage ha permanecido prácticamente vacía, aunque el personal del cercano Castillo de Windsor sigue con sus labores de mantenimiento. Cuando se acordó que pagarían por las obras de este domicilio, se pensó que los Sussex abonarían el coste en un único pago, pero la realidad es que pagan un alquiler y un poco más para ir cubriendo el coste de la reforma.
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En la actualidad, los duques de Sussex y su hijo Archie han formado su hogar en un exclusivo vecindario de Los Ángeles (California), la ciudad en la que nació Meghan. Los tres se han instalado en la mansión que el magnate de Hollywood, Tyler Perry tiene en Beverly Ridge Estates, una zona ultralujosa de Beverly Hills que está compuesta por una villa de estilo toscano con ocho dormitorios, doce cuartos de baño y una extensa parcela con piscina con impresionantes vistas a la ciudad. Además, para conseguir su ansiada privacidad han levantado vallas, la han bunkerizado para evitar miradas indiscretas y la urbanización cuenta con su propio equipo de seguridad, algo que los Duques siempre han valorado mucho.
Desde que declararon su independencia, Harry y Meghan han medido mucho sus apariciones públicas. En la última solo aparecieron la Duquesa con su hijo y tuvo lugar el pasado 6 de mayo, con motivo de los doce meses de Archie. Un vídeo, que grabó el príncipe Harry, en el que se veía cómo había crecido el niño mientras su madre le leía un cuento infantil. Unas imágenes adorables y muy divertidas que nos sirvieron para ver que el bisnieto de la Reina es un niño de lo más curioso e inquieto.