Hace ya más de cuatro meses que los duques de Sussex anunciaron, mediante comunicado, su decisión de renunciar a sus obligaciones reales para volcarse en sus propios proyectos. Esto suponía, no solo una independencia económica con respecto al Palacio de Buckingham, sino también física. Dicho y hecho. El príncipe Harry y Meghan Markle pusieron rumbo a Canadá, donde permanecieron varias semanas -volvieron tan solo para llevar a cabo sus últimos compromisos como royals el pasado mes de marzo-. Pero Vancouver no era, ni mucho menos, su destino definitivo.
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Los duques de Sussex abandonan Canadá antes del cierre de fronteras
Los Ángeles iba a ser su siguiente parada. No solo es la ciudad que vio nacer a Meghan Markle, sino también el lugar de residencia de su madre, Doria Ragland. Aquí se habrían alojado en primer lugar en una espectacular vivienda unifamiliar situada en Malibú. Tras una adaptación a Estados Unidos que el duque de Sussex calificó de "desafiante", el matrimonio y su hijo Archie estarían ya completamente instalados en una mansión digna de una estrella de Hollywood, en Beverly Hills.
Una casa que se eleva sobre la cima de una colina y que pertenece al magnate Tyler Perry. Se trata de una villa de estilo toscano de ocho dormitorios, doce baños y una parcela con piscina desde la que se divisan unas vistas impresionantes de toda la ciudad. Aunque la propiedad cuenta con cámaras y su propio equipo de seguridad, este no habría sido suficiente para la pareja, preocupada por preservar su intimidad y la de su pequeño. Por ello, este fin de semana recurría a varios operarios para instalar unas vallas opacas que impidan a los curiosos divisar cualquier parte del terreno.
Y es que, pese a que la vivienda es bastante inaccesible y está en un enclave elevado, el hecho de que se hayan relajado las medidas del confinamiento y se permita realizar senderismo u otros deportes al aire libre hace que muchos paseantes quieran acercarse hasta la zona para ver cómo y dónde viven exactamente Harry y Meghan. Se desconoce si este hogar es provisional o si será, en cambio, el definitivo. Por lo pronto, es el lugar en el que residen en la actualidad y el que han establecido como base de operaciones para poder llevar a cabo sus primeros proyectos, lejos ya del paraguas institucional.
Así, les hemos visto fotografiados con guantes y mascarillas mientras entregaban comida a enfermos crónicos, una labor benéfica amparada por una ONG de Los Ángeles. La duquesa de Sussex, por su parte, ya ha prestado su voz a un documental de Disney, mientras que su marido ha puesto en marcha la plataforma online HeadFIT, con la que pretende ayudar al personal militar de Reino Unido. Por si eso fuera poco, el matrimonio tiene en el horno una suculenta biografía que cuenta la historia de la pareja desde el inicio de su relación hasta su salida como miembros senior de la Familia Real británica.