Al príncipe Andrés no dejan de crecerle los problemas. Desde que en noviembre de 2019 renunciase a sus actividades públicas forzado por una entrevista que concedió en la televisión en la que no aclaró su relación con el millonario pedófilo Jeffrey Epstein, el hijo de Isabel II no levanta cabeza. Después de que fuera acusado de que no colaboraba con la justicia, el duque de York apareció junto a su exmujer, Sarah Ferguson, repartiendo comida a los empleados de un hospicio. Ahora tiene abierto otro frente, esta vez de cariz diferente. Él y la duquesa de York han sido demandados por no pagar su chalé de esquí en Suiza.
La pareja compró esta propiedad en Verbier, donde también tienen una casa los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, en el año 2014 por casi 21 millones de euros, pero no llegaron a pagarla en su totalidad, según informa el diario Le Temps, tras acceder a la escritura. Estaba prevista que la cantidad que faltaba se abonara antes del 31 de diciembre de 2019, pero ese dinero no se ha depositado y ahora el exmatrimonio tendría que hacer frente a un impago de casi ocho millones de euros con los intereses, lo que ha hecho que su propietaria haya decidido emprender acciones legales.
- El príncipe Andrés lidia con un nuevo escándalo
Mientas, un portavoz de los Duquesa ha manifestado al periódico suizo que “hay una disputa entre las partes por este asunto”, pero agrega que “los detalles contractuales están sujetos a un acuerdo de confidencialidad”. Curiosamente, un amigo del Duque ha asegurado estos días que la pareja tenía planeado vender el inmueble, algo de lo que estaba informada la dueña. Con las ganancias de la venta tenían pensado liquidar la deuda anterior.
Este chalé, de siete habitaciones, piscina cubierta y sauna, fue comprado en conjunto por el príncipe Andrés y Sarah Ferguson que aunque llevan divorciados desde 1996 mantienen una buena relación. Solían disfrutar de él con sus hijas todos los años después de Navidad donde les gustaba esquiar y cuentan entre sus vecinos con el dueño de Virgin, Richard Branson, y el cantante James Blunt.
No es la primera vez que esta vivienda causa un quebradero de cabeza al hijo de la Reina. En 2015 el Daily Mail reveló que la expareja la había adquirido como una “inversión familiar”. El chalé se dividió en dos porque según la normativa local era demasiado grande para que un único comprador extranjero se hiciera con ello directamente. Así, Andrés de Inglaterra tiene el piso superior y el ático, mientras que Sarah es propietaria del primer piso y el sótano. En cuanto se supo que lo había adquirido, rápidamente hubo muchas voces que se preguntaron cómo lo habían pagado. Al parecer, los beneficios de la venta de su casa de Sunninghill Park, su antiguo hogar conyugal que les fue regalado por la Reina por su boda, habrían ido destinados al chalé suizo.
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