Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II, lleva casi tres años retirado de la vida pública desde que en el verano de 2017 anunciara que se ‘jubilaba’ y que ya no acudiría a ningún acto institucional. Aun así, la crisis provocada por el coronavirus ha hecho al duque, de 98 años, rompa su silencio y mande un mensaje alentador a todos aquellos que luchan contra el coronavirus y a las personas que mantienen los servicios esenciales. Unas excepcionales palabras que llegan, también, en un momento excepcional para Reino Unido y el mundo, en el que el padre del príncipe Carlos ha querido elevar la moral de la población.
“A medida que nos acercamos a la Semana Mundial de la Inmunización, quería reconocer el trabajo vital y urgente que realizan muchos para luchar contra la pandemia: los profesionales de la Sanidad y científicos que trabajan en uiversidades e instituciones de investigación, todos unidos luchan para protegernos del COVID-19. En nombre de los que permanecemos seguros y en casa, también quería agradecer a todos los trabajadores clave que aseguran que nuestra vida pueda continuar: al personal y los voluntarios que trabajan en la producción y distribución de alimentos, a los que mantienen los servicios postales y los envíos y los que aseguran que la basura continúa siendo recogida”, ha escrito el Duque.
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El abuelo de los príncipes Guillermo y Harry está pasando la cuarentena en el Castillo de Windsor residencia en la que se instaló Isabel II, de 93 años, antes de Semana Santa. Debido a la avanzada edad del matrimonio, lo que le convierte en grupo de riesgo, se decidió que la soberana y su marido permanecieran en el castillo en lugar del Palacio de Buckingham. Allí pasan el confinamiento sin ningún otro miembro de la Familia Real.
A pesar de ser casi centenario, el duque de Edimburgo goza de una buena salud y de una mente en plenas facultades. Su último achaque tuvo lugar antes de Navidad cuando fue hospitalizado “por precaución” en el centro sanitario rey Eduardo VII de Londres para ser tratado de una afección ya existente. Días después, en la pasada Nochebuena, recibió el alta para pasar la Navidad como todos los años en compañía de la Reina y del resto de la Familia Real en Sandringham.
Después de 22.219 actos públicos y con 96 años, el duque de Edimburgo dijo adiós a sus deberes institucionales. No obstante, ha aparecido en público, en muy buena forma, en actos familiares como las bodas de algunos de sus nietos. La última vez que se le vio en un evento de estas características fue en la boda de lady Gabriella Windsor y Thomas Kingston, en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor en mayo de 2019. También cabía la posibilidad de que reapareciera el próximo 29 de mayo, en el enlace de otra de sus nietas, el de Beatriz de York y Edoardo Mappelli Mozzi, que finalmente será pospuesto por culpa del coronavirus.